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Lilongwe (Agencia Fides)- La población se pregunta asustada: “¿Hambre una vez más?”, afirma P. Piergiorgio Gamba, misionero monfortino que trabajo desde hace décadas en Malawi, en una breve actualización sobre la crisis alimenticia del país enviada a Agencia Fides (ver Fides 5/12/2008).
“El gobierno ha tratado de controlar el precio del costal de grano de 50 kg tratando de llevarlo a 2.600 Kwacha, pero no ha podido pues ya superó los 3.500. El espectro del hambre aparece una vez más en el rostro de los niños que comen una sola vez al día. Las madres hacen filas para pedir ayuda, mientras los campesinos deben decidir si sembrar el grano o molerlo para poder obtener una comida más.
Las actuales dificultades son las escaramuzas: los meses venideros no serán fáciles. El precio del grano aumentó en un 48%, afectando sobre todo a las familias que dependen del salario de un solo trabajador, de quien dependen decenas y decenas de hijos y parientes de la gran familia africana que en estaciones difíciles termina extendiéndose desproporcionadamente. Una realidad inaceptable a la vigilia de las elecciones políticas de Mayo del 2009. El Presidente Bingu wa Mutharika ha obtenido títulos y méritos por el efímero progreso en la producción agrícola del Malawi. Frente a la dura realidad los premios no sirven de nada, porque el hambre se ve. En la cárcel de Ntcheu desde hace tres días no se distribuye ni siquiera la única comida diaria. El hambre se ha convertido en un factor vergonzoso para la política.
¿Cómo cubrirla? Con un simple intento: distribuir gratuitamente a los pastores de las iglesias cupones para obtener los fertilizantes por un precio que equivale a un décimo del costo del mercado. Estos cupones fueron ofrecidos solamente a la iglesias presbiteriana, creando así el riesgo de dividir a las iglesias y premiar, en el interior de estas, solo a los fieles del partido. De este modo se crean divisiones y polémicas para beneficiar solamente a quien está en el poder”.
Pero de Malawi llega también el testimonio de vida de P. Giuseppe Buffoni, misionero comboniano, fallecido el domingo 7 de diciembre tras una vida dedicada a la misión. Su vida ha sido toda una misión. Basta el testimonio de su familia que cuenta entre sus hermanos a tres sacerdotes y una religiosa, todos combonianos, todos misioneros”, recuerda P. Gamba. “Durante su servicio a la misión de Lirangwe donde fue párroco, sufrió un ictus que lo obligó a regresar a Italia en gravísimas condiciones. Una vez que se recuperó, en un 70% como él decía, quiso regresar a la misión. Quiso regresar a Malawi y en los últimos cinco años realizó un ministerio precioso. Escribió libros de oración y de catecismo, y en particular modo sostuvo el crecimiento del grupo espiritual ligado a Medjugorie. El domingo 7 de diciembre, tras la misa, su corazón dejó de batir. El 9 de diciembre fue acompañado en su camino hacia el Señor de la Misión en la catedral de Limbe. Un gran número de fieles participó en el funeral, muchos lo conocían por su carismática alegría y por haberse desgastado totalmente por la misión”. (L.M.) (Agencia Fides 12/12/2008; 37 líneas, 542 palabras)
