VATICANO - Benedicto XVI al final del Concierto por el 60° Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre: “Los derechos del hombre están fundamentados en última instancia en Dios creador, quien ha dado a cada uno la inteligencia y la libertad. Si se prescinde de esta sólida base ética, los derechos humanos se debilitan al quedarse sin un fundamento sólido”

jueves, 11 diciembre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – La Declaración universal de los derechos del hombre “constituye todavía en la actualidad un altísimo punto de referencia para el diálogo intercultural sobre la libertad y los derechos del hombre. La dignidad de todo hombre sólo está verdaderamente garantizada cuando todos sus derechos fundamentales son reconocidos, defendidos y promovidos”. Declaró el Santo Padre Benedicto XVI al final del Concierto promovido por el Pontificio Consejo Justicia y Paz, en el 60º Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, que se realizó en el Aula Pablo VI la tarde del miércoles 10 de diciembre.
El Pontífice afirmó en su discurso como “desde siempre la Iglesia subraya que los derechos fundamentales, más allá de sus diferentes formulaciones y del distinto peso que pueden tener en el ámbito de las culturas, son un dato universal, pues forman parte de la misma naturaleza del hombre. La ley natural, escrita por el Creador en la conciencia humana, es un denominador común a todos los hombres y a todos los pueblos; es una guía universal que todos pueden conocer en virtud de la cual todos pueden comprenderse. Por tanto, los derechos del hombre están fundamentados en última instancia en Dios creador, quien ha dado a cada uno la inteligencia y la libertad. Si se prescinde de esta sólida base ética, los derechos humanos se debilitan al quedarse sin un fundamento sólido”.
El 60° aniversario de la Declaración es una ocasión para verificar “en que medida los ideales, aceptados por la mayor parte de la comunidad de las Naciones en 1948 son hoy respetados en las distintas legislaciones nacionales, o más aún, en la conciencia de los individuos y de las colectividades”. Para el Santo Padre ya se ha recorrido un largo camino, aunque aún queda un largo tramo por recorrer: “centenares de millones de hermanos y hermanas nuestros ven como están amenazados sus derechos a la vida, a la libertad, a la seguridad; no siempre se respeta la igualdad entre todos ni la dignidad de cada uno, mientras que nuevas barreras se elevan por motivos relacionados a la raza, a la religión, a las opiniones políticas y a otras convicciones”. Por lo tanto, el Papa exhortó a no cejar en el “empeño común para promover mejor y definir los derechos del hombre y para que se intensifiquen los esfuerzos por garantizar su respeto”.
Al inicio de su discurso el Santo Padre dirigió un cordial saludo a las autoridades presentes y manifestó su aprecio a la Brandenburgisches Staatsorchester de Frankfurt, dirigida por el Maestro Señora Inma Shara. Agradeció también al Pontificio Consejo Justicia y Paz y a la “Fundación San Mateo en memoria del Cardenal François-Xavier Van Thuân” por haber promovido el concierto, precedido por un Acto de conmemoración por el 60º Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y por la entrega del premio “Cardenal Van Thuân 2008” al Señor Cornelio Sommaruga, Presidente emérito del Comité Internacional de la Cruz Roja, así como la entrega de los premios “Solidariedad y desarrollo” al Padre Pedro Opeka, misionero en Madagascar, al Padre José Raúl Matte, misionero entre los leprosos en la Amazonía, a los destinatarios del “Proyecto Gulunap”, por la realización de una Facultad de Medicina en Uganda del Norte y a los responsables del proyecto “Aldea de los Ercolinos”, por la integración de los niños y muchachos gitanos en Roma. (S.L.) (Agencia Fides 11/12/2008 líneas 43, palabras 626)


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