AFRICA/ZIMBABWE - Aumentan las presiones externas sobre Mugabe para que deje el poder, pero el verdadero peligro proviene del ejército

miércoles, 10 diciembre 2008

Harare (Agencia Fides)- No son las invitaciones de los líderes de algunos importantes países (también africanos) a dejar el poder lo que preocupa al Presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, sino las alarmantes señales que provienen del ejército.
El Presidente de los Estados Unidos, George Bush, el de Francia, Nicolas Sarkozy, y los Primeros Ministros de Gran Bretaña, Gordon Brown, y de Kenia, Raila Odinga, han pedido que Mugabe deje el poder para permitir al país superar la grave crisis económica, política, social y sanitaria que se agrava día a día. El Premier del Kenia propuso además que se envíen tropas de la ONU o de la Unión Africana a Zimbabwe para ayudar a la población afectada por la epidemia de cólera.
El ministro de la información de Zimbabwe, Sikhanyiso Ndlovu, ha rechazado la propuesta de Odinga y definió “la situación del cólera bajo control” porque el país dispone de medios químicos para purificar el agua y del dinero para comprar nuevas tuberías para red hidráulica.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios, el número de muertos es de al menos 746, mientras los casos de contagio llegan a 15572. La OMS afirma que si la epidemia no es rápidamente puesta bajo control, el número de las víctimas podría llegar incluso a 60 mil, únicamente en Zimbabwe. La epidemia además amenaza con extenderse a los estados vecinos, desde Sudáfrica hasta Mozambique, e incluso a Malawi.
Una situación dramática que sin embargo no parece hacer ceder al Presidente Mugabe y a sus estrechos colaboradores, quienes están preocupados por las inquietantes señales que llegan del ejército. Tras las violencias realizadas por cientos de soldados en el centro de la capital, Harare (ver Fides 2/12/2008), el régimen se pregunta como afrontar el creciente descontento en el ejército, en la policía y en los servicios de seguridad, los tres organismos que constituyen el pilar del régimen, junto al partido presidencial ZANU-PF. En ausencia de un gobierno formal (porque el ejecutivo de unión nacional con la oposición, previsto por los acuerdos del 15 septiembre, no ha sido constituido por contrastes por el control de ministerios clave como el del Interior), Mugabe gobierna con la ayuda del Joint Operations Command (un organismo que reúne a los jefes militares, de la policía y de los servicios secretos) y del Politburo ZANU-PF. Pero se han dado divisiones en el interior del JOC sobre como afrontar el descontento de militares. Según la prensa local habría surgido dos frentes: por un lado quien (como el jefe de la Central Intelligence Organization) propone la línea del dialogo con los soldados protagonistas de los últimos enfrentamientos; por otro lado quienes mantienen la línea dura, como el comandante de las Fuerzas Armadas.
Mientras tanto continúan los actos intimidantes y las violencias contra la oposición. Gandhi Mudzingwa, ex asistente personal del líder del Movimiento por el Cambio Democrático en Zimbabwe, Morgan Tsvangirai ha sido secuestrado el 8 de diciembre por un grupo de hombres armados mientras manejaba su carro hacia Harare. Es el 19º exponente de la oposición y de la sociedad civil en ser secuestrado en circunstancias misteriosas en las últimas semanas. (L.M.) (Agencia Fides 10/9/2008; líneas 38, palabras 545)


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