VATICANO - El Santo Padre Benedicto XVI confía a la Inmaculada a "los niños, sobre todo aquellos gravemente enfermos, los jóvenes con problemas y cuántos sufren las consecuencias de difíciles situaciones familiares… los ancianos solos, los enfermos, los emigrantes con dificultades para adaptarse,, los núcleos familiares fatigan para cuadrar el presupuesto y las personas que no encuentran trabajo, o han perdido un trabajo indispensable para continuar adelante"

martes, 9 diciembre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Hace tres meses, tuve la alegría de ir en peregrinación a Lourdes, con ocasión de los 150 años de la histórica aparición de la Virgen Maria a santa Bernadette" ha recordado el Santo Padre Benedicto XVI en el curso del acto de veneración a la Inmaculada pronunciado ante la monumental columna dedicada a Ella en la Plaza de España, en Roma, la tarde de lunes 8 de diciembre. Las celebraciones de este Jubileo de Lourdes han concluido precisamente en la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el nombre con que el que se reveló la Virgen en la gruta de Massabielle. "Inmaculada Concepción": "también nosotros repetimos con conmoción aquel nombre misterioso - ha dicho el Papa -. lo repetimos aquí, a los pies de este monumento en el corazón de Roma; e innumerables hermanos y hermanas nuestros hacen lo mismo en tantos otros lugares del mundo, santuarios y capillas, como también en las casas de familias cristianas. Allí donde hay una comunidad católica, se venera hoy a la Virgen con este nombre estupendo y maravilloso: Inmaculada Concepción… Como un hijo levanta los ojos al rostro de la mamá y, viéndolo sonriente, se olvida de todos los miedos y dolores, así nosotros, dirigiendo la mirada a Maria, reconocemos en ella la 'sonrisa de Dios', el reflejo inmaculado de la luz divina, encontramos en Ella nueva esperanza aún en medio de los problemas y dramas del mundo."
Después de haber subrayado que "a la Madre se presentan las alegrías, pero también se confían las preocupaciones, seguros de encontrar en ella conforto para no abatirse y apoyo para continuar adelante", el Santo Padre ha pronunciado esta oración de confianza: "O Virgen Inmaculada, en este momento quisiera confiarte especialmente a los "pequeños" de esta nuestra Ciudad: los niños, ante todo y sobre todo aquellos gravemente enfermos, los jóvenes con problemas y cuánto sufren las consecuencias de difíciles situaciones familiares. ¡Vela sobre ellos y haz qué puedan sentir, en el afecto y en la ayuda de los que están cerca, el calor del amor de Dios! Te confío, o Maria, a los ancianos solos, los enfermos, los emigrantes con dificultades para adaptarse,, los núcleos familiares fatigan para cuadrar el presupuesto y las personas que no encuentran trabajo, o han perdido un trabajo indispensable para continuar adelante. Enséñanos, Maria, a ser solidarios con quien está en dificultad, a llenar las cada vez más amplias disparidades sociales; ayúdanos a cultivar un más vivo sentido del bien común, del respeto de lo que es público, impulsándonos a sentir la ciudad - y más que nunca esta nuestra Ciudad de Roma - como patrimonio de todos, y a hacer cada uno, con conciencia y empeño, nuestra parte para construir una sociedad más justa y solidaria.
Oh Madre Inmaculada, que eres por todos signo de segura esperanza y consuelo, haz' que nos dejemos atraer por tu blancura inmaculada. Tu Belleza - Tota Pulchra, cantamos hoy - nos asegura que es posible la victoria del amor; incluso que es cierta; nos asegura que la gracia es más fuerte que el pecado, y por tanto, es posible el rescate de cualquier esclavitud. Sí, oh Maria, tú nos ayudas a creer con más confianza en el bien, a apostar por la gratuidad, por el servicio, por la no violencia, por la fuerza de la verdad; nos animas a permanecer despiertos, a no ceder a la tentación de fáciles evasiones, a afrontar la realidad, con sus problemas, con ánimo y responsabilidad. Así hiciste Tu, joven mujer, llamada a arriesgar todo según la Palabra del Señor. Se madre amorosa para nuestros jóvenes, para que tengamos la valentía de ser "centinelas" de la mañana, y dona esta virtud a todos los cristianos, para que sean alma del mundo en este no fácil estación de la historia. Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra, Salus Populi Romani, ruega por nosotros"! (S.L) (Agencia Fides 9/12/20089


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