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Kinshasa (Agencia Fides) – Parece ser la hora de la diplomacia en la dramática crisis de Kivu del norte, al este de la República Democrática del Congo. En Goma, capital de la provincia congolesa en la que desde este verano se enfrentan militares regulares, milicias irregulares y los rebeldes del Consejo Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), se encuentra el Ministro del Exterior congolés, Alexis Thambwe Mwamba, que en las próximas horas debería encontrarse con su homóloga rwandesa Rosemary Museminali.
Kinshasa acusa a Rwanda de apoyar la rebelión de Nkunda, mientras Kigali afirma que las autoridades congolesas deben desarmar a los combatientes hutu rwandeses, que han establecido sus bases al este del Congo. También está presente en la delegación congolesa don Apollinaire Malu Malu, el sacerdote coordinador del programa Amani, previsto por los acuerdos de Goma, firmados por todas las partes activas en la crisis del norte de Kivu, incluido Nkunda, en enero del 2008. El programa Amani, que tiene como fin apaciguar a los combatientes y reinsertarlos en el ejército regular, quedó bloqueado desde que los hombres de Nkunda retomaron las armas. Nkunda, en efecto, busca un diálogo directo con el gobierno de Kinshasa, negándose a dialogar a través de procedimientos previstos por el programa Amani.
A la iniciativa de los dos gobierno, se asocia la de los parlamentarios rwandeses y congoleses, que se reunieron en Kigali, en el ámbito de la Conferencia institutiva del Forum de los Parlamentos de los países miembros de la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos (CIRGL). Este organismo reúne a 11 países interesados en la resolución de conflictos que llenan de sangre a región y en la creación de una zona de cooperación económica. Inicialmente formada por los países (RDC, Rwanda, Burundi, Uganda, Tanzania y Kenya) que colindan con los dos grandes lagos del área, Victoria y Tanganika, la CIRGL se ha extendido sucesivamente a otras áreas limítrofes (Angola, Congo, Brazzaville, República Centroafricana, Zambia y Sudán). En el ámbito de la CIRGL fue firmado un pacto de seguridad y estabilidad para hacer de la región de los Grandes lagos un área de desarrollo y no de guerra.
Existen, pues, las condiciones para la paz: lo que se necesita es la voluntad política para que se hagan concretos los diversos acuerdos firmados hace ya mucho tiempo por todas las partes comprometidas. Para mantener en la memoria esta realidad, una serie de asociaciones (entre las cuales están diversas órdenes misioneras y asociaciones católicas), han dado vida a la Semana por el Congo, desde el martes 2 de diciembre del 2008 a mediodía, hasta el domingo 7 a mediodía en la iglesia de los Congoleses, dedicada a la Natividad, en Piazza di Pasquino, Roma. “Nos reunimos —afirma un comunicado enviado por los promotores a la Agencia Fides—, para dar de nuestro tiempo y esfuerzo para estar con el pueblo congolés ayunando, informándonos, reflexionando, informando, haciendo presión sobre las autoridades, orando, cada uno según su modalidad... El ayuno, según la modalidad posible para cada uno, es una manera de participar en el sufrimiento del pueblo congolés y de presentarnos desarmados ante las personas con las que nos encontraremos, especialmente con las autoridades. Queremos hacer saber al mundo que hay una guerra en el Congo, así como qué es lo que ésta significa para el pueblo congolés y cuáles son sus causas y sus posibles remedios. Buscaremos contactar a las autoridades políticas y religiosas, a la prensa y a la población: sea acogiéndolos en la iglesia o yendo en delegación a buscarlos”. (L.M.) (Agencia Fides 3/4/2008; líneas 40, palabras 588)
