VATICANO - El Santo Padre invita, durante la audiencia general con el Catholicós de Cilicia de los Armenios presente, a rogar por el camino ecuménico, y en la catequesis recuerda que " la ética cristiana no nace de un sistema de mandamientos, sino que es consecuencia de nuestra amistad con Cristo”

jueves, 27 noviembre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Esta visita fraternal supone una ocasión significativa para reforzar los lazos de unidad que ya existen entre nosotros, que caminamos hacia la comunión plena, que es tanto el objetivo fijado para todos los seguidores de Cristo, como un don que hay que implorar a diario al Señor" Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI ha saludado al inicio de la audiencia general del miércoles 26 de noviembre al catolicós de Cilicia de los Armenios, Aram I, de visita en Roma.
Benedicto XVI ha invitado a continuación a los presentes a rogar para que la visita y los encuentros de estos días "constituyan un paso más en el camino hacia la unidad plena", expresando "particular gratitud" por la constante implicación personal de Aram I en el campo del ecumenismo. La presencia de la estatua de San Gregorio el Iluminador, fundador de la Iglesia armenia, sobre la fachada externa de la basílica de San Pedro, "evoca los sufrimientos que tuvo que soportar para llevar al pueblo armenio al cristianismo- ha explicado el Pontífice -, pero también recuerda los muchos mártires y confesores de la fe cuyo testimonio ha traído ricos frutos a la historia de su pueblo. La cultura y espiritualidad armenias están penetrada por el orgullo de ese testimonio de sus antepasados, que sufrieron con fidelidad y coraje en comunión con el Cordero muerto para la salvación del mundo”.
En la catequesis que ha dado a los peregrinos, el Santo Padre Benedicto XVI se ha centrado en la predicación de San Pablo sobre la justificación: " san Pablo nos dice: no son nuestras obras, sino la fe la que nos hace "justos". Esta fe, con todo, no es un pensamiento, una opinión o una idea. Esta fe es comunión con Cristo, que el Señor nos entrega y que por eso se convierte en vida, en conformidad con Él. O con otras palabras, la fe, si es verdadera, es real, se convierte en amor, en caridad, se expresa en la caridad”.
En la Carta a los Gálatas, san Pablo pone el acento en la gratuidad de la justificación no por nuestras obras, y, al mismo tiempo, subraya también la relación entre la fe y la caridad, entre la fe y las obras: “están, por una parte, las "obras de la carne " que son fornicación, impureza, libertinaje, idolatría...: todas obras contrarias a la fe; por la otra, está la acción del Espíritu Santo, que alimenta la vida cristiana suscitando "amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí".
Recordando a continuación su primera Encíclica, Deus caritas est, Benedicto XVI ha evidenciado que "los creyentes saben que en el amor mutuo se encarna el amor de Dios y de Cristo, por medio del Espíritu.… Justificados por el don de la fe en Cristo, estamos llamados a vivir en el amor a Cristo hacia el prójimo, porque es en este criterio en el que seremos juzgados al final de nuestra existencia. En la Primera Carta a los Corintios, san Pablo se deshace en un famoso elogio al amor. Es el llamado himno a la caridad… El amor cristiano es tan exigente porque surge del amor total de Cristo por nosotros: este amor que nos reclama, nos acoge, nos abraza, nos sostiene, hasta atormentarnos, porque nos obliga a no vivir más para nosotros mismos, cerrados en nuestro egoísmo, sino para "Aquel que ha muerto y resucitado por nosotros". El amor de Cristo nos hace ser en Él esa criatura nueva que entra a formar parte de su Cuerpo místico que es la Iglesia”.
En la historia del cristianismo, se ha asistido varias veces a una infundada contraposición entre la teología de san Pablo y la de Santiago: "mientras Paolo - ha explicado el Pontífice - se preocupa ante todo en demostrar que la fe en Cristo es necesaria y suficiente, Santiago pone el acento en las relaciones de consecuencia entre la fe y las obras. Por tanto, para Pablo y para Santiago, la fe operante en el amor atestigua el don gratuito de la justificación en Cristo. La salvación, recibida en Cristo, necesita ser guardada y testimoniada … A menudo tendemos a caer en los mismos malentendidos que han caracterizado a la comunidad de Corinto: aquellos cristianos pensaban que, habiendo sido justificados gratuitamente en Cristo por la fe, "todo les fuese lícito". Y pensaban, y a menudo parece que lo piensen los cristianos de hoy, que sea lícito crear divisiones en la Iglesia, Cuerpo de Cristo, celebrar la Eucaristía sin ocuparse de los hermanos más necesitados, aspirar a los mejores carismas sin darse cuenta de que son miembros unos de otros, etc. Las consecuencias de una fe que no se encarna en el amor son desastrosas, porque se recude al arbitrio y al subjetivismo más nocivo para nosotros y para los hermanos”.
Siguiendo pues a san Pablo, ti debemos tomar conciencia renovada del hecho que, precisamente porque hemos sido justificados en Cristo, estamos llamados a glorificar Dios en nuestro cuerpo con toda nuestra existencia. "¿A qué se reduciría una liturgia que se dirigiera solo al Señor y que no se convirtiera, al mismo tiempo, en servicio a los hermanos, una fe que no se expresara en la caridad?” se ha preguntado el Santo Padre, que ha recordado como el apóstol ponía con frecuencia sus comunidades ante el juicio final, que será sobre la caridad, y "este pensamiento del Juicio debe iluminarnos en nuestra vida de cada día".
El Papa ha concluido la catequesis subrayando que la ética propuesta por Pablo se demuestra actual también para nosotros, hoy, porque "la ética cristiana no nace de un sistema de mandamientos, sino que es consecuencia de nuestra amistad con Cristo. Esta amistad influencia a la vida: si es verdadera, se encarna y se realiza en el amor al prójimo". Ha exhortado a continuación a dejarse alcanzar por la reconciliación, que Dios nos ha donado en Cristo, del amor "loco" de Dios por nosotros, ya que "nada ni nadie podrán nunca separarnos de su amor". (S.L) (Agencia Fides 27/11/2008)


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