VATICANO - “San Andrés os ayude a redescubrir cada vez más la importancia y la urgencia de testimoniar el Evangelio en todo ámbito de la sociedad”: la exhortación de Benedicto XVI a la Arquidiócesis de Amalfi-Cava de’ Tirreni recibida en audiencia

lunes, 24 noviembre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – El sábado 22 de noviembre el Santo Padre Benedicto XVI recibió en audiencia a un amplio grupo de representantes de la Arquidiócesis de Amalfi–Cava de’ Tirreni, llegados a Roma en peregrinación con las reliquias de su Patrón San Andrés, conservadas desde el siglo IV en la cripta de la Catedral, en ocasión del VIII Centenario del traslado de sus reliquias desde Constantinopla hasta Amalfi. En ocasión de la próxima fiesta de San Andrés, el 30 de noviembre, la Arquidiócesis concluirá este año jubilar con la Santa Misa celebrada en la Catedral de Amalfi por el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado vaticano.
“Mirando al ejemplo y recurriendo a la intercesión de San Andrés, vosotros queréis dar de nuevo impulso a vuestra vocación apostólica y misionera – dijo el Papa durante el discurso a los peregrinos –, ampliando las perspectivas de vuestro corazón a las esperanzas de paz entre los pueblos, intensificando la oración por la unidad entre todos los cristianos. Vocación, misión y ecumenismo son por lo tanto tres palabras clave que os han orientado en este compromiso espiritual y pastoral, que hoy recibe del Papa un aliento para proseguir con generosidad y entusiasmo. San Andrés, el primero de los Apóstoles que fue llamado por Jesús a orillas del río Jordán (cfr Jn 1,35-40), os ayude a redescubrir cada vez más la importancia y la urgencia de testimoniar el Evangelio en todo ámbito de la sociedad. Que vuestra comunidad diocesana toda pueda crecer, a imitación de la Iglesia de los orígenes, en la fe y comunicar a todos la esperanza cristiana”.
Recordando la solemnidad de Cristo Rey, que se celebraría al día siguiente, el Papa subrayó que la liturgia de la Palabra de esta fiesta propone la contemplación de Cristo como “Pastor bueno, dispuesto a cuidar de sus ovejas dispersas, a reunirlas para hacerlas pastear y luego reposar seguras… La Palabra de Dios nos recordará también que el rostro de Cristo, Rey universal, es el del juez, porque Dios es al mismo tiempo Pastor bueno y misericordioso y Juez justo… Decisivo es el criterio del juicio. Este criterio es el amor, la caridad concreta con el prójimo, en particular con los ‘pequeños’, con las personas en mayor dificultad: hambrientos, sedientos, extranjeros, desnudos, enfermos, encarcelados. El rey declara solemnemente a todos que aquello que han hecho, o no han hecho a éstos, lo han hecho o no a Él mismo. Es decir Cristo se identifica con su ‘hermanos más pequeños’, y el juicio final será el saldar las cuentas de cuanto ya sucedió en la vida terrena”.
Al final del discurso, el Papa recordó que a Dios “no le importa la realeza histórica, sino que quiere reinar en los corazones de las personas, y de allí sobre el mundo: Él es rey de todo el universo, pero el punto crítico, la zona donde su reino está en riesgo, es nuestro corazón, porque allí Dios se encuentra con nuestra libertad. Nosotros, y sólo nosotros, podemos impedirle reinar sobre nosotros mismos, y por lo tanto podemos obstaculizar su realeza sobre el mundo: sobre la familia, la sociedad, la historia. Nosotros hombres y mujeres tenemos la facultad de escoger con quien queremos aliarnos: con Cristo y con sus ángeles o con el diablo y sus adeptos, para usar el mismo lenguaje del Evangelio. Somos nosotros los que decidimos entre practicar la justicia o la iniquidad, entre abrazar el amor y el perdón o la venganza y el odio homicida. De esto depende nuestra salvación personal, pero también la salvación del mundo”. (S.L.) (Agencia Fides 24/11/2008)


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