AMERICA/CUBA - Los Obispos piden a todos los fieles aprender su lección de caridad, oración y servicio con motivo de la beatificación del P. Olallo el 29 de noviembre

lunes, 24 noviembre 2008

Camagüey (Agencia Fides) – “Mientras nos preparamos para el Año Jubilar mariano, conmemorativo de los 400 años del hallazgo y la presencia de la imagen de la Virgen de la Caridad anhelamos que el ejemplo de santidad del Padre Olallo despierte en todos los cubanos el deseo de volverse hacia Dios y permanecer en El, que afiance en cada uno la decisión de ir con María al encuentro de Jesucristo pues El es el rostro del verdadero amor vivido por el Padre Olallo y que recibe el nombre de caridad, el mismo de nuestra Madre del Cobre, la que nos une y nos salva como personas y como pueblo”, afirman los Obispos en el Mensaje publicado con ocasión de la beatficación de Fray José Olallo Valdés y que lleva por título “el Padre Olallo, un regalo de Dios para la Iglesia y para el pueblo cubano”.
La beatificación tendrá lugar el próximo sábado 29 de noviembre en una Misa Solemne que se celebrará, por primera vez en Cuba, en la Plaza de la Iglesia de la Virgen de la Caridad, en Camagüey, ciudad en la que el “Padre Olallo”, vivió cincuenta y cuatro años de su vida al servicio de los enfermos y necesitados. La misa estará presidida por el Cardenal José Saraiva, como enviado especial del Santo Padre y será concelebrada por Mons. Juan de la Caridad García Rodríguez, arzobispo de Camagüey, Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, y todos los Prelados cubanos.
El P. Olallo será el segundo cubano beatificado y el primero en Cuba, pero en la practica es el primero pues es el más popular y el más venerado en la isla como santo, dado que el primer beato, José López Piteira, apenas solamente nació en Cuba, hijo de padres inmigrantes españoles, que permanecieron pocos años en la Isla, y muy niño volvió a España con sus padres, donde murió mártir en 1936.
En el Mensaje los Obispos describen la vida del nuevo beato destacando como la virtud de la caridad “fue vivida por él de modo audaz, creativo y sin límites hacia quienes estaban en situaciones críticas, no importándole vida, salud, desgaste, cansancio” y haciendo del hospital “una gran familia de hermanos a pesar de las múltiples diferencias de sus pacientes”. Así mismo recuerdan como el hermano Olallo “oraba mañana, tarde y noche, recorría la Calle de los Pobres (que hoy lleva su nombre) ayudándolos material y espiritualmente, auxiliaba a los presos, daba comida a los hambrientos y evangelizaba mediante sus famosas tertulias nocturnas por las que educó a muchos en la fe, salvando matrimonios y reconciliando a enemigos. De este modo se convirtió en padre y madre de innumerables personas”. Esto hizo que fuera muy querido por todos y a su muerte se levantó un monumento funerario en su honor con una colecta popular y se dedicó una calle y una plaza a su memoria además de un hogar de ancianos.
Los Obispos se preguntan a continuación que es lo que Dios pide a los fieles cubanos ante este don para la iglesia de la santidad del P. Olallo. En primer lugar, según los Prelados, pide “que nos entusiasmemos con su ejemplo”. Después que “sepamos valorar el gran amor con el que tantos padres y madres cuidan con esmero a sus hijos discapacitados; tantos buenos hijos a padres o tantas personas prestan alegre y espontáneamente su ayuda al prójimo”. Además constituye un ejemplo para que “confiemos en el poder de la oración” que fue la que sostuvo la vida y obra del Padre Olallo. También es un motivo para agradecer por el don de “tantas religiosas dedicadas al cuidado de niños, ancianos y enfermos, y de tantos Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, dedicados también, desde hace más de 400 años, a la atención de los que padecen en su cuerpo y en su espíritu”, a la vez que piden que el testimonio del P. Olallo “haga que muchos jóvenes piensen en la vocación sacerdotal y religiosa y respondan con generosidad a la llamada de Dios”.
“¡Que el ejemplo de caridad paciente y heroica del Padre Olallo nos ayude a todos, pero de manera especial a aquellos que tienen el delicado servicio de promover el bien común para que lo hagan con espíritu de justicia favoreciendo así la convivencia fraterna entre todos los cubanos!”, concluyen los Obispos.
Además la Conferencia Episcopal Cubana ha promovido desde hace tiempo una debida preparación para la celebración con el fin de conocer mejor su vida y testimonio y para sensibilizar una vivencia más realista y profunda del acontecimiento. El Arzobispado de Camagüey ha divulgado un cuestionario de 100 preguntas, históricas, culturales y religiosas, sobre el nuevo beato, para ayudar a esa preparación. Además se llevan celebrando frecuentes peregrinaciones a su tumba e iglesia San Juan de Dios, en donde son venerados sus restos desde 2004. El Santo Padre Benedicto XVI ha dirigido un especial saludo al pueblo cubano en el ángelus del domingo 23 de noviembre con motivo de esta próxima beatificación. (RG) (Agencia Fides 24/1172008)


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