ASIA/JAPÓN - 5 sacerdotes y 183 laicos, entre estos mujeres, niños y familias enteras: los mártires japoneses que serán beatificados el 24 de noviembre

viernes, 21 noviembre 2008

Nagasaki (Agencia Fides) – Se acerca un importante evento para la Iglesia en Japón: la beatificación de 188 mártires japoneses que se realizará el 24 de noviembre del 2008 en Nagasaki.
Se trata de la primera Causa de Beatificación propuesta por Obispos japoneses, y será particularmente significativa para la comunidad católica del país del Sol Levante, sobre todo porque los 188 mártires son en su mayoría laicos, entre ellos mujeres, niños y familias enteras. Cinco son sacerdotes (cuatro jesuitas y un agustino). Murieron in odium fidei, destacan los Obispos japoneses, por defender el derecho a profesar con libre conciencia la fe en un propio Dios.
La beatificación de los 188 mártires japoneses del XVII siglo será una gran oportunidad para dar testimonio para la Iglesia en Japón. El ejemplo de los mártires cristianos es un aliento para todos los cristianos en el país del Sol Levante: envían un mensaje muy fuerte a los jóvenes, a los laicos, a las mujeres y a las familias cristianas. Las “familias mártires” recuerdan que toda familia, como iglesia doméstica, está llamada a vivir y testimoniar la fe.
Los 188 mártires japoneses que serán beatificados están clasificados en las cartas del Proceso Canónico como “P. Pietro Kibe y sus 187 compañeros”. Fueron asesinados a causa de su fe entre 1603 y 1639.
Pietro Kassui Kibe nació en 1587, cuando en Japón ya existían las persecuciones. En febrero de 1614 un edicto impuso la clausura de las iglesias católicas y la confinación de todos los sacerdotes en Nagasaki. Sucesivamente los sacerdotes y laicos que guiaban las comunidades fueron exiliados. Kibe fue ordenado sacerdote el 15 de noviembre de 1620 y pronunció votos como jesuita el 6 de junio de 1622. Fue capturado en Sendai en 1639 junto a otros dos sacerdotes. Fue torturado por diez días, se negó a abjurar y fue martirizado en Tokyo.
Uno de sus compañeros de martirio fue Michele Kusurya, llamado “el buen samaritano de Nagasaki”. Subió la “colina de los mártires”, a las afueras de la ciudad, cantando salmos. Murió como muchos, amarrado a un palo y quemado a fuego lento.
Otro de los próximos beatos es Nicola Keian Fukunaga. Murió siendo botado en un pozo de fango, donde hasta el último momento rezó a voz alta pidiendo perdón “por no haber llevado a Cristo a todos los japoneses, comenzando con el shogun”.
Entre los mártires hay 52 fieles de Kyoto, martirizados en 1622, y 53 de Yamagata, muertos en 1629. Uno de los testimonios más conmovedores es el de una familia entera de Kyoto, Juan Hashimoto Tahyoe y su mujer Thecla, martirizados junto a todos sus hijos el 6 de octubre de 1619.
Los católicos que sobre vivieron a la persecución tuvieron que esconderse hasta la llegada de los misioneros europeos del siglo XIX. Japón fue evangelizado por el santo español Francisco Javier entre 1549 y 1552, y a pocas décadas de su nacimiento la Iglesia pasaba por una dura persecución. Los primeros mártires, guiados por San Pablo Miki y crucificados en Nagasaki en 1597, fueron canonizados en 1862 por Pío IX. Otros 205 han sido beatificados en 1867. (PA) (Agencia Fides 21/11/2008; 38 líneas, 541 palabras)


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