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Kinshasa (Agencia Fides)- Los rebeldes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) de Laurent Nkunda se están retirando de los alrededores de Goma (capital de Kivu del Norte, al este de la República Democrática del Congo). Según afirmó un portavoz de la Misión de las Naciones Unidas en Congo (MONUC), precisando que cerca de un centenar de hombres han dejado sus posiciones alrededor de Goma, asediada desde hace dos semanas. Los rebeldes están retirándose hacia el sur usando distintas rutas.
Sin embargo, se trata de una retirada parcial de los territorios recientemente conquistados. Los hombres de Nkunda mantienen sus posiciones a 15 kilómetros al norte de Goma. Nkunda ha querido enviar con este gesto una señal de su disponibilidad al enviado especial de la ONU para el Kivu, el ex Presidente nigeriano Olusegun Obasanjo, que se encuentra en Nairobi para mediar entre Nkunda y el Presidente congoleño Joseph Kabila.
En el ínterin la calma regresó a Kayna, la localidad a 120 kilómetros de Goma donde hace dos días se enfrentaron los militares del ejercito regular y un grupo de milicianos Mai-Mai (ver Fides 18/11/2008). Kayna se encuentra a unos veinte kilómetros de Kanyabayonga, localidad estratégica donde confluyen las principales carreteras de la región.
Los milicianos filo gobernativos Mai-Mai, reunidos bajo la sigla de Pareco (Patriotas resistentes congoleños) afirman haber atacado al ejercito para impedir que abandone sus posiciones frente a los hombres de Nkunda para poner fin al saqueo contra la población civil. El ejército regular ha sido acusado por los civiles de saqueos y destrucciones, más que un recurso para la defensa de la integridad territorial nacional el ejército es percibido por la población de Kivu como un problema. Los soldados afirman que se ven obligados a tomar el alimento de los civiles porque no reciben su paga ni provisiones.
Los cuatro mil hombres de Nkunda han podido así avanzar casi hasta Goma, donde sólo la presencia de los Cascos Azules de la MONUC (criticados a su vez por la falta de iniciativa, si no de complicidad con Nkunda) ha impedido hasta el momento que la ciudad caiga en manos de los rebeldes.
En el palacio de Cristal se discute si enviar otros tres mil hombres de refuerzo a los 17 mil que ya prestan servicio en la RDC. Pero el problema real es la falta de voluntad política para parar la guerra, en la que se ven mezclados los intereses de las grandes potencias. No es casualidad, que entre las condiciones puestas por Nkunda para terminar con las hostilidades está la de renegociar el contrato minero estipulado entre Kinshasa y China. ¿Es sólo un gesto para agradar a los occidentales por parte de un guerrillero acusado ante la Corte Penal Internacional de crímenes de guerra? (L.M.) (Agencia Fides 19/11/2008 líneas 35 palabras 472)
