VATICANO - “El trabajo en la gran viña del Señor tiene necesidad de ‘christifideles laici’ que, como la Santísima Virgen María, digan y vivan el ‘fiat’ al designio de Dios en sus vidas”: El Santo Padre a la Plenaria del Consejo Pontificio para los Laicos

lunes, 17 noviembre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Todo ambiente, circunstancia, y actividad en el que se espera que pueda resplandecer la unidad entre la fe y la vida es confiado a la responsabilidad de los fieles laicos, movidos por el deseo de comunicar el don del encuentro con Cristo y la certeza de la dignidad de la persona humana. ¡A éstos les corresponde dar testimonio de caridad, especialmente con los más pobres, los que sufren y los necesitados, así como asumir todo compromiso cristiano orientado a construir condiciones de paz y justicia cada vez mayores en la convivencia humana, de forma que se abran nuevas fronteras al Evangelio!”. Con estas palabras se ha dirigido el Santo Padre a los participantes en la XXIII Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para los Laicos, a los que ha recibido en audiencia el 15 de noviembre. El Santo Padre ha pedido al Consejo Pontificio para los Laicos que siga “con diligente atención pastoral la formación, el testimonio, y la colaboración de los fieles laicos en las situaciones más diversas en las que están en juego la auténtica calidad humana de la vida en la sociedad”. En particular el Santo Padre ha recordado “la necesidad y la urgencia de la formación evangélica y del acompañamiento pastoral de una nueva generación de católicos comprometidos en la política, que sean coherentes con la fe profesada, que tengan rigor moral, capacidad de juicio cultural, competencia profesional y pasión de servicio hacia el bien común”.
En su discurso el Santo Padre ha citado el tema escogido para la Asamblea Plenaria – “Veinte años después de la “Christifideles laici”: memoria, desarrollo, nuevos retos y tareas” – haciendo referencia a algunos aspectos de dicho documento. La Exhortación Apostólica Christifideles laici, “considerada como la carta magna del laicado católico en nuestro tiempo” es el fruto de la VII Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos que tuvo lugar en 1987 sobre el tema de la vocación y misión de los laicos, es una revisión orgánica de las enseñanzas del Concilio Vaticano II acerca de los laicos que “orienta el discernimiento, la profundización y la orientación del compromiso laical en la Iglesia”.
El Papa ha citado el desarrollo de la participación de los laicos en la vida de muchas Iglesias particulares, recordando que “la viva conciencia de la dimensión carismática de la Iglesia ha llevado a apreciar y valorar tanto los carismas más sencillos que la Providencia de Dios dispensa a las personas, como aquellos que aportan gran fecundidad espiritual, educativa y misionera”. Benedicto XVI ha manifestado un agradecimiento especial al Consejo Pontificio para los Laicos “por el trabajo realizado durante las pasadas décadas para acoger, acompañar, discernir, reconocer y animar estas realidades eclesiales, favoreciendo la profundización en su identidad católica, ayudándoles a insertarse más plenamente en la gran tradición y en el tejido vivo de la Iglesia, y secundando su desarrollo misionero”.
“Hablar del laicado católico – continua el Papa – significa referirse a innumerables personas bautizadas, comprometidas en múltiples y variadas situaciones para crecer como discípulos y testigos del Señor y redescubrir y experimentar la belleza de la verdad y la alegría de ser cristianos. La actual condición cultural y social hace todavía más urgente esta acción apostólica para compartir plenamente el tesoro de gracia y santidad, de caridad, doctrina, cultura y obras, que componen el flujo de la tradición católica. Las nuevas generaciones no son solamente destinatarias preferenciales de esta transmisión y división, sino también sujetos que esperan propuestas de vida y felicidad para dar testimonio cristiano, como sucede ya”. Recordando la reciente Jornada Mundial de la Juventud en Sydney, el Pontífice ha animado al Consejo Pontificio “a continuar la obra de esta peregrinación global providencial de los jóvenes en nombre de Cristo, y a trabajar en la promoción, en todas partes, de una auténtica educación y pastoral juvenil”.
Refiriéndose al esfuerzo del Pontificio Consejo para los Laicos en cuestiones de especial relevancia, como la de la dignidad y participación de las mujeres en la vida de la Iglesia y de la sociedad, Benedicto XVI ha afirmado: “A las mujeres cristianas se les pide conciencia y valor para afrontar tareas exigentes, para las cuales sin embargo no les falta el apoyo de una fuerte propensión a la santidad, una especial agudeza en el discernimiento de las corrientes culturales de nuestro tiempo, y la particular pasión por el cuidado de lo humano que les caracteriza. Nunca se dirá bastante sobre cuanto reconoce, aprecia y valora la Iglesia la participación de las mujeres en su misión al servicio de la difusión del Evangelio”. El Papa concluyó su discurso recordando que “el trabajo en la gran viña del Señor tiene necesidad de christifideles laici que, como la Santísima Virgen María, digan y vivan el ‘fiat’ al designio de Dios en sus vidas”. (S.L.) (Agencia Fides 17/11/2008 líneas 59 palabras 854)


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