AMERICA/ARGENTINA - Los Obispos proponen como meta para el Bicentenario de la fundación del país la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral de todos

lunes, 17 noviembre 2008

Buenos Aires (Agencia Fides) - “Con vistas al Bicentenario 2010-2016, creemos que existe la capacidad para proyectar, como prioridad nacional, la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral de todos. Anhelamos poder celebrar un Bicentenario con justicia e inclusión social”, afirman los Obispos de Argentina en el documento titulado “Hacia un bicentenario en justicia y solidaridad (2010-2016)” publicado al termino de la Asamblea Plenaria realizada del 10 al 14 de noviembre (ver Fides 7/11/2008). Los Obispos analizan la situación actual del país y realizan una serie de propuestas y mestas a alcanzar de cara a la celebración del Bicentenario.
En primer lugar se refieren a la celebración del Bicentenario, mostrando su agradecimiento “ por nuestro país y por las personas que lo forjaron, y recordamos la presencia de la Iglesia en aquellos momentos fundacionales”. Sin embargo, advierten que “cuando se celebró el primer Centenario de estos grandes acontecimientos, nuestra Nación aparecía en el concierto de los pueblos como una tierra promisoria y acogedora” hoy, “en vísperas de la celebración del Bicentenario, la realidad y el ánimo no son iguales”. Pero hay esperanza y consideran precisamente que esta celebración constituye una oportunidad única que “podemos aprovecharla, privilegiando la construcción del bien común, o malgastarla con nuestros intereses egoístas y posturas intransigentes que nos fragmentan y dividen”.
Consideran los Obispos que de cara al bicentenario es necesario “establecer políticas públicas que, tomando como fundamento nuestra Constitución Nacional, propicien un desarrollo federal, sano y armónico de la Argentina”. Así mismo es importante el dialogo pues constituye “el modo más sabio y oportuno de prevenir y abordar los conflictos es procurando consensos a través del diálogo”. Además es el que hace posible “concretar los nuevos acuerdos para proyectar el futuro del país y un país con futuro”.
También según afirman los Obispos es fundamental “generar y alentar un estilo de liderazgo centrado en el servicio al prójimo y al bien común... con capacidad de promover el desarrollo integral de la persona y de la sociedad... que supera la omnipotencia del poder y no se conforma con la mera gestión de las urgencias”. En este sentido recuerdan algunos de los valores que debe tener todo auténtico líder como son la integridad moral, la amplitud de miras, el compromiso concreto por el bien de todos, la capacidad de escucha, el interés por proyectar más allá de lo inmediato, el respeto de la ley, el discernimiento atento de los nuevos signos de los tiempos y, sobre todo, la coherencia de vida.
Los Prelados recuerdan a continuación algunos de los principales problemas en Argentina, entre los que destacan “formas inéditas de pobreza y exclusión”, que son “esclavitudes modernas que desafían de un modo nuevo a la creatividad, la participación y la organización del compromiso cristiano y ciudadano”. También se muestran preocupados por la situación de la educación “un bien público prioritario muy deteriorado”. Según los Obispos “nos hallamos ante una profunda emergencia educativa que, en caso de no revertirse con inteligencia y celeridad, gravitará negativamente en el porvenir de las jóvenes generaciones”. Asimismo, lamentan que no se haya podido “erradicar un histórico clima de corrupción” y califican de “preocupante la situación de los adolescentes y jóvenes que no estudian ni trabajan, a los que la pobreza les dificulta el desarrollo integral de sus capacidades, quedando a merced de propuestas fáciles o escapistas”, así como el creciente consumo de drogas que hace estragos cada vez a más temprana edad, la oferta del juego, la violencia y la inseguridad generalizadas.
Los Obispos proponen algunas metas que consideran prioritarias para la construcción del bien común como son: Recuperar el respeto por la familia y por la vida en todas sus formas; Avanzar en la reconciliación entre sectores y en la capacidad de diálogo; Fortalecer las instituciones republicanas, el Estado y las organizaciones de la sociedad; Mejorar el sistema político y la calidad de la democracia; Afianzar la educación y el trabajo como claves del desarrollo y de la justa distribución de los bienes; Implementar políticas agroindus­triales para un desarrollo integral. (RG) (Agencia Fides 17/11/2008)


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