AMERICA/COSTA RICA - El Presidente de la Conferencia Episcopal recuerda a los diputados católicos su deber de oponerse “a la realización de cualquier programa político o la aprobación de una ley que contenga propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral”

jueves, 23 octubre 2008

San José (Agencia Fides) - “Cuando la acción política tiene que ver con principios morales que no admiten derogaciones, excepciones o compromiso alguno, es cuando el empeño de los legisladores católicos se hace más evidente y gravemente necesario”, ha recordado Mons. Hugo Barrantes Ureña, Arzobispo Metropolitano de San José y presidente de la Conferencia Episcopal en un encuentro con los diputados católicos del país.
El Arzobispo reconoce y agradece en primer lugar el trabajo “no pocas veces silencioso” que realizan los diputados en el cumplimiento de su misión recordando como “la participación de los laicos en la vida publica es un derecho y un deber al que, de ningún modo pueden abdicar”.
Como Obispo, Mons. Barrantes no pretende “plantear soluciones concretas -y menos todavía medidas únicas- para el desempeño de las funciones temporales, que Dios ha dejado al juicio libre y responsable de cada uno de ustedes”, pero como maestro de la fe busca ante “iluminar la conciencia de los fieles, sobre todo de los que están comprometidos en la vida política, para que su acción esté siempre al servicio de la promoción integral de la persona y del bien común”.
En este sentido Mons. Barrantes muestra su preocupación a los diputados por “algunos proyectos de ley que están en trámite en la Asamblea Legislativa y que contienen aspectos en los mismos que, abiertamente, atentan contra la familia y la vida humana, tal como se las entiende desde la fe cristiana y se refleja en nuestro ordenamiento jurídico”.
Entre ellos el Prelado señala en primer lugar proyecto de ley 16182 que es una reforma al Código de Familia, donde “se amplía la unión de hecho de un hombre y una mujer a la unión de hecho que nace del encuentro de "dos voluntades", sin distinguir de que sujetos se trata”. Está también el “proyecto de ley 16 792 que pretende mediante la reforma constitucional del artículo 21, quitar el carácter de respeto absoluto a la vida humana”.
Por otro lado el proyecto de ley 16390 que propone “legalizar las uniones civiles entre personas del mismo sexo y otorgarles los mismos derechos del matrimonio” asi como el “proyecto de ley 16.887 que Reforma la Ley General de Salud, para incluir un capítulo de derechos sexuales y reproductivos”. En este proyecto, según denuncia el Arzobispo, “se separa la sexualidad de la reproducción humana y dispone que cada ser humano es dueño absoluto de su propio cuerpo. Como consecuencia de ese libertinaje sexual propuesto, se promueve todo método de anticoncepción, la esterilización, la anticoncepción de emergencia y el aborto”.
Otro proyecto en trámite se refiere a la Prevención y Eliminación de la Discriminación, “que pretende "normalizar" estilos de vida en contra de los valores cristianos” y, por último, el proyecto 16978 que modifica el Código Penal, aumentando las penas por discriminación sobre orientación sexual y pretende criminalizar a todo el que opine en forma contraria a las políticas propuestas por estos organismos.
En todos los proyectos pues, continua Mons. Barrantes “el común denominador son los "derechos sexuales"... buscando imponer una concepción de la persona reducida a lo erótico, sin que esté acompañado por el amor ‘ágape’”.
Por ello realiza un fuerte llamamiento a los diputados católicos recordándoles que son precisamente ellos “los primeros que, en conciencia, están llamados a objetar la realización de cualquier programa político o la aprobación de una ley que contenga propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral”. Y pide a todos que continúen siendo “defensores del derecho a la vida de todo ser humano desde su concepción hasta la muerte natural y de la familia en su unidad e integridad”. (RG) (Agencia Fides 23/10/2008)


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