AMERICA/HONDURAS - “Apostar por la represión y no por políticas que garanticen los derechos básicos de la niñez y la adolescencia, no hace más que profundizar el problema”: Declaración final del Encuentro sobre pandillas y violencia juvenil

jueves, 2 octubre 2008

Valle de Ángeles (Agencia Fides) – Diversos representantes de las pastorales sociales-Caritas de Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Costa Rica y Panamá, se han reunido del 22 al 26 de septiembre en Honduras convocados por el Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM para estudiar el fenómeno de las pandillas y la violencia juvenil en Centro América, México y Panamá y analizar los desafíos pastorales que presenta este fenómeno (ver Fides 24/9/2008). Al termino del mismo han emitido un declaración final en el que analizan las causas del este problema a la vez que plantean algunas soluciones.
Según han constatado los participantes en toda la región existen estas pandillas “muy diversas y en constante evolución, a las que se acercan las personas menores de edad porque encuentran en ellas algo que no les ofrecen sus familias, ni sus escuelas, ni nuestra labor pastoral. Niños, niñas, adolescentes y jóvenes que, en definitiva, sufren algún grado de exclusión y que, por lo tanto, aparecen como “sobrantes” y “desechables”. Los participantes han analizado los diversos factores sociales, económicos, políticos y culturales que pueden estar a la base del nacimiento y de la expansión de las pandillas, así como los factores personales, individuales “que hacen a estas personas más vulnerables frente a las condiciones adversas”.
Por otro lado, según se lee en la Declaración, “las políticas de “mano dura”, “mano durísima”, “leyes antimaras”, “cero tolerancia” y otras en la región, decididamente represivas, no han logrado acabar con las pandillas” y más bien “lejos de solucionar el problema, tras la aplicación de esta legislación de mano dura, las pandillas se han robustecido y crecido, a la vez que ha obstaculizado los procesos de diálogo y acercamiento entre ellas, por un lado, y los gobiernos y la sociedad civil, por el otro”. Por ello, consideran que “apostar por la represión y no por políticas que garanticen los derechos básicos de la niñez y la adolescencia, tales como la educación, la vivienda digna, las oportunidades de desarrollo integral, entre otros, no hace más que profundizar el problema”.
Pero aun en medio de esta situación se muestran esperanzados pues ha habido experiencias tanto de trabajo preventivo como de atención a jóvenes pandilleros que han tenido éxito. Para ello es fundamental “la atención personalizada” y “considerar a los jóvenes pandilleros como sujetos y no como objetos de la acción pastoral”, esto es, “escucharles, dialogar con ellos y apoyarles en la búsqueda de salida”.
“Descubrimos – continua el texto - que debemos trabajar en el campo de la prevención y de la acción directa, pero también en el de la incidencia en los centros de poder y toma de decisiones, en orden a que se establezcan políticas públicas que protejan y hagan efectivos los derechos de los niños y de las niñas”.
Los participantes en el Encuentro proponen algunos compromisos para luchar contra este fenómeno, como son entre otros: Trabajar en los ámbitos de la prevención, la atención directa y la re-inclusión; Fortalecer la pastoral familiar; mayor sensibilización y formación de los agentes pastorales y los diferentes actores sociales en temas relacionados con la vulnerabilidad social de las personas que lleva a estas a las pandillas; una pastoral de acercamiento, escucha y acompañamiento a los jóvenes en riesgo y participantes ya en pandillas; Iniciar una incidencia para la definición de políticas públicas que favorezcan el desarrollo integral de las personas menores de edad; Promover el diálogo entre gobierno, sociedad civil y grupos de jóvenes en riesgo y organizados en pandillas, teniendo en cuenta que estos deben ser considerados sujetos de su desarrollo. (RG) (Agencia Fides 2/10/2008)


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