ASIA/IRAK - Urge una mayor protección para los refugiados iraquíes, también para los cristianos

viernes, 26 septiembre 2008

Bagdad (Agencia Fides) – La protección de los refugiados obligados a huir de su país a causa de la guerra y su acogida en naciones europeas o de otros continentes, donde puedan lograr mejores condiciones de vida, dignidad y respeto de los derechos fundamentales, es un tema del que la comunidad internacional se debería hacer cargo. Es cuanto afirma el Alto Comisariato de las Naciones Unidad para los Refugiados (Acnuer) insistiendo ante los Ministros de Justicia y del Interior de la Unión Europea para que renueven su compromiso en la protección de los refugiados iraquíes y para que se pongan de acuerdo sobre la institución de un programa europeo de reubicación de los prófugos.
En el 2007, 38,500 iraquíes pidieron asilo en los 27 Estados miembros de la Unión Europea. En los primeros siete meses del 2008 se han presentado cerca de 16mil solicitudes. Se calcula que más de dos millones de iraquíes se han refugiado en los países vecinos de Siria, Jordania y otros países de la región.
Como afirmó recientemente el Alto Comisario Antonio Gueterre, la Acnuer espera que la mayoría de los iraquíes puedan regresar a su propio país, una vez que las condiciones de estabilidad y seguridad se hayan restablecido. Pero en este momento las condiciones no son favorables. La seguridad es aún precaria, sobre todo al centro y al sur del país, donde no se ha encontrado una solución a los problemas relacionados a las viviendas, a la restitución de la propiedad y a eventuales indemnizaciones. Por eso el Acnuer les ha pedido a los países que puedan dar asilo, extender su protección a los iraquíes provenientes de Irak centro-meridional y de evitar la repatriación forzada en dichas zonas.
Entre los refugiados se encuentran numerosos cristianos que se preparan a pasar otro invierno marcado por la precariedad y la inseguridad. La vida de los cristianos en Irak, caracterizada por la guerra y por un aumento de la violencia confesional, es cada vez más difícil. La situación es grave en Mosul, en Bagdad y en Basora, donde las comunidades cristianas continúan a ser blanco de amenazas y violencias. Los pocos cristianos que han quedado en Mosul se están organizando para trasladarse a otras regiones o al exterior. Muchos huyen en dirección de la provincia autónoma del Kurdistán.
Mientras tanto la asistencia humanitaria se hace más pesada y la situación general del país no parece mejorar. Por eso las agencias humanitarias presentes en Irak – como Caritas, Acnur, el Programa de Alimentación Mundial (Pam) y otras – han lanzado un llamado a las máximas autoridades internacionales para afrontar la cuestión del flujo de prófugos y refugiados que huyen de las zonas en conflicto, donde triunfan el extremismo y la miseria.
(PA) (Agencia Fides 26/9/2008 líneas 35 palabras 464)


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