VATICANO - El Papa Benedicto XVI en París y Lourdes (9) - " En la sonrisa de la Virgen está misteriosamente escondida la fuerza para continuar la lucha contra la enfermedad y a favor de la vida”

miércoles, 17 septiembre 2008

Lourdes (Agencia Fides) – El lunes 15 de septiembre, al final de su visita pastoral a Lourdes, el Santo Padre ha ido al Oratoire del Hôpital (el oratorio dónde Bernadette realizó su Primera Comunión) IV y última etapa del “Camino del Jubileo”, dónde tuvo un momento de oración. A continuación presidió la Santa Misa con los enfermos ante la Basílica de Notre Dame du Rosaire, durante la cual administró el Sacramento de la unción a un grupo de pacientes.
“Ayer celebramos la Cruz de Cristo, instrumento de nuestra salvación, que nos revela en toda su plenitud la misericordia de nuestro Dios - ha dicho el Papa en la homilía -. Hoy, al celebrar la memoria de Nuestra Señora de los Dolores, contemplamos a María que comparte la compasión de su Hijo por los pecadores… María está hoy en el gozo y la gloria de la Resurrección. Las lágrimas que derramó al pie de la Cruz se han transformado en una sonrisa que ya nada podrá extinguir, permaneciendo intacta, sin embargo, su compasión maternal por nosotros.… María ama a cada uno de sus hijos, prestando una atención particular a quienes, como su Hijo en la hora de su Pasión, están sumidos en el dolor; los ama simplemente porque son sus hijos, según la voluntad de Cristo en la Cruz”.
Los cristianos de todos los tiempos siempre han buscado la sonrisa de Nuestra Señora, ha continuado el Papa: "Este sonreír de María es para todos; pero se dirige muy especialmente a quienes sufren, para que encuentren en Ella consuelo y sosiego. Buscar la sonrisa de María no es sentimentalismo devoto o desfasado, sino más bien la expresión justa de la relación viva y profundamente humana que nos une con la que Cristo nos ha dado como Madre. Desear contemplar la sonrisa de la Virgen no es dejarse llevar por una imaginación descontrolada… En la sonrisa que nos dirige la más destacada de todas las criaturas, se refleja nuestra dignidad de hijos de Dios, la dignidad que nunca abandona a quienes están enfermos. Esta sonrisa, reflejo verdadero de la ternura de Dios, es fuente de esperanza inquebrantable”.
Ante el sufrimiento prolongado, el hombre puede incluso a veces desesperar del sentido y el valor de la vida, ha subrayado Benedicto XVI, y en estos combates es necesaria la presencia de los familiares y amigos, pero "también de los más íntimos por el vínculo de la fe. Y ¿quién más íntimo que Cristo y su Santísima Madre, la Inmaculada? … Quisiera decir humildemente a los que sufren y a los que luchan, y están tentados de dar la espalda a la vida: ¡Volveos a María! En la sonrisa de la Virgen está misteriosamente escondida la fuerza para continuar la lucha contra la enfermedad y a favor de la vida. También junto a Ella se encuentra la gracia de aceptar sin miedo ni amargura el dejar este mundo, a la hora que Dios quiera”.
El Papa se centrado después en la búsqueda de la sonrisa de la Virgen Maria por parte del cristiano, que no "es un piadoso infantilismo… En una manifestación tan simple de ternura como la sonrisa, nos damos cuenta de que nuestra única riqueza es el amor que Dios nos regala y que pasa por el corazón de la que ha llegado a ser nuestra Madre… La sonrisa de María es una fuente de agua viva… De su corazón de creyente y de Madre brota un agua viva que purifica y cura”.
Luego Benedicto XVI ha invitado a meditar sobre el Sacramento de la unción de los Enfermos; " Cristo dispensa su salvación mediante los sacramentos y de manera muy especial, a los que sufren enfermedades o tienen una discapacidad, a través de la gracia de la Unción de los Enfermos. Para cada uno, el sufrimiento es siempre un extraño. Su presencia nunca se puede domesticar… La gracia propia del mismo consiste en acoger en sí a Cristo médico. Sin embargo, Cristo no es médico al estilo de mundo. Para curarnos, Él no permanece fuera del sufrimiento padecido; lo alivia viniendo a habitar en quien está afectado por la enfermedad, para llevarla consigo y vivirla junto con el enfermo.… Sin la ayuda del Señor, el yugo de la enfermedad y el sufrimiento es cruelmente pesado”.
Al término de la homilía el Papa ha dirigido un particular saludo afectuoso a los miembros del Servicio sanitario y a los enfermeros, a todas las personas que, con diversos títulos, contribuyen en los hospitales y en otras instituciones, a la cura de los enfermos, al personal de acogida, a los camilleros y los acompañantes que van con los enfermos que vienen en peregrinación a Lourdes: " Quisiera también decir que su servicio es precioso. Son el brazo de la Iglesia servidora”. Un estímulo también ha sido dirigido por el Papa a los que, “en nombre de su fe", acogen y visitan a los enfermos, en las capellanías de los hospitales, en las parroquias o en los santuarios. "María os confía su sonrisa para que os convirtáis vosotros mismos, fieles a su Hijo, en fuente de agua viva. Lo que hacéis, lo hacéis en nombre de la Iglesia, de la que María es la imagen más pura. ¡Que llevéis a todos su sonrisa! (S.L) (Agencia Fides 17/9/2008)


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