VATICANO - Papa Benedicto XVI en Cagliari (3) - “El sacerdote, para la Iglesia y en la Iglesia, es signo humilde pero real del único y eterno Sacerdote que es Jesús. Debe proclamar con autoridad la palabra, renovar los gestos de perdón y de ofrecimiento, ejercitar la solicitud amorosa al servicio de su grey, en comunión con los Pastores”

martes, 9 septiembre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – En la tarde del Domingo 7 de septiembre, el Santo Padre Benedicto XVI encontró en la Catedral de Cagliari a los sacerdotes, seminaristas y comunidad de la Pontificia Facultad Teológica de Cerdeña. “Cerdeña ha conocido presbíteros que, como auténticos maestros de fe, han dejado ejemplos maravillosos de fidelidad a Cristo y a la Iglesia – dijo el Papa en su discurso –. El mismo tesoro inestimable de fe, espiritualidad y cultura es confiado hoy a vosotros; es puesto en vuestras manos, para que seáis sus administradores atentos e inteligentes. ¡Cuidadlo y custodiadlo con alegría y pasión evangélica!”.
Dirigiéndose a la comunidad del Seminario y de la Facultad Teológica, Benedicto XVI agradeció particularmente a los educadores y profesores, “que cotidianamente se dedican a un trabajo apostólico tan importante”, reafirmando la necesidad de guiar a los seminaristas “a una experiencia personal de Dios a través de la oración cotidiana personal y comunitaria, y sobre todo a través de la Eucaristía, celebrada y sentida como el centro de toda la propia existencia”. A los seminaristas y a los alumnos de la Facultad Teológica, el Papa recordó que la formación teológica “es una obra sumamente compleja y comprometedora”, que presenta la doble exigencia “de conocer la totalidad de las verdades cristianas, y de conocer dichas verdades no como verdades separadas una de la otra, sino en modo orgánico, como una unidad, como una única verdad de fe en Dios… Asimismo, en estos años, toda actividad e iniciativa debe disponeros a comulgar de la caridad de Cristo Buen Pastor. Estáis llamados a ser mañana sus ministros y testigos: ministros de su gracia y testigos de su amor”. Por lo tanto junto al estudio y a las experiencias pastorales y apostólicas, Benedicto XVI aconsejó a los seminaristas “poner en primer lugar la búsqueda constante de una íntima comunión con Cristo”.
“Queridos presbíteros, queridos aspirantes al sacerdocio y a la vida consagrada, Dios os quiere a todos para él y os llama a ser obreros en su viña, así como ha hecho con tantos hombres y mujeres a lo largo de la historia cristiana de vuestra hermosa Isla. Ellos han sabido responder con un ‘sí’ generoso a su llamada”, prosiguió el Santo Padre, recordando la obra evangelizadora llevada a cabo por los diversos institutos religiosos y “el gran florecimiento de vocaciones religiosas femeninas” que permitieron “difundir el amor de Cristo en los pueblos, en las familias, en las escuelas, en los hospitales, en las cárceles y en los lugares de trabajo”, sin olvidar su presencia en los monasterios de clausura.
A todos los sacerdotes de Cerdeña el Papa les aseguró su cercanía espiritual, para que puedan “responder a la llamada del Señor con total fidelidad” como, también recientemente, han hecho algunos de sus hermanos, entre los cuales don Graziano Muntoni, sacerdote de la diócesis de Nuoro asesinado en las vísperas de la Navidad de 1998, y el Padre Salvatore Carzedda del PIME, asesinado en 1992 en Zamboanga en las Filipinas, “que dio la vida para que los creyentes de todas las religiones se abran a un diálogo sincero sostenido por el amor”.
“No os asusten ni os desalienten las dificultades – exhortó el Pontífice – es importante ser granos de buen trigo que, cayendo a tierra, dan fruto. Profundizad en la consciencia de vuestra identidad: el sacerdote, para la Iglesia y en la Iglesia, es signo humilde pero real del único y eterno Sacerdote que es Jesús. Debe proclamar con autoridad la palabra, renovar los gestos de perdón y de ofrecimiento, ejercitar la solicitud amorosa al servicio de su grey, en comunión con los Pastores y fielmente dócil a las enseñanzas del Magisterio. Reavivad por lo tanto cada día el carisma que habéis recibido con la imposición de las manos, identificándoos con Jesucristo en su triple función de santificar, enseñar y pastorear la grey”. (S.L.) (Agencia Fides 9/9/2008)


Compartir: