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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "También yo estoy personalmente agradecido al Siervo de Dios Pablo VI por la confianza que tuvo nombrándome, en marzo de 1977, Arzobispo de Mónaco de Baviera, y, tres meses después, incluyéndome en el Colegio Cardenalicio." Así escribe el Santo Padre Benedicto XVI en la Carta enviada al Obispo de Brescia, Su Exc. Mons. Luciano Monari, con ocasión del trigésimo aniversario de la muerte del Papa Pablo VI, que recurrió el 6 de agosto pasado.
Recordando en particular el particular empeño misionero del Papa Montini, el Pontífice escribe: "Al recorere con el pensamiento los años de su pontificado, llama la atención el ardor misionero que lo animó y que le llevó a emprender viajes apostólicos difíciles, incluso a naciones lejanas, y a realizar gestos de alto valor eclesial, misionero y ecuménico".
"El nombre de este Pontífice - continúa Benedicto XVI - está ligado sobre todo al Concilio Ecuménico Vaticano II. El Señor quiso que un hijo de la tierra bresciana llegara a ser el timón del barco de Pedro precisamente durante la celebración de la Cumbre conciliar y en los años de su primera realización. Con el paso de los años se hace cada vez más evidente la importancia del pontificado de Pablo VI para la Iglesia y para el mundo, así como la inestimable herencia de magisterio y de virtud que dejó a los creyentes y a toda la humanidad”.
Benedetto XVI concluye la Carta elevando un ferviente agradecimiento a Dios "por haber dado a la Iglesia un pastor testigo fiel de Cristo Señor, tan sincera y profundamente enamorado de la Iglesia y tan cercano a las esperanzas y expectativas de los hombres de su tiempo" y con el deseo de que " cada miembro del Pueblo de Dios sepa honrar su memoria con el empeño de una sincera y constante búsqueda de la verdad". (S.L) (Agencia Fides 9/9/2008)
