AFRICA/UGANDA - “El fin último debe ser la reconciliación” dice Mons. Odama. Relación detallada sobre la situación actual en Uganda del norte

viernes, 20 febrero 2004

Viena (Agencia Fides) - Durante su misión internacional el obispo católico de Gulu (Uganda) Mons. John Baptis Odama y el Obispo anglicano Ameda Mollo Ochola en representación de Acholi Religous Peace Inicziative (ARLPI) han visitado en las últimas semanas las Naciones Unidas, Washington, Canadá, Bélgica e Italia por invitación de la Dirección Nacional alemana de las Obras Pontificias Misioneras y de Alemania.
En los diversos coloquios han ilustrado la actual situación pidiendo una intervención de la comunicad internacional para poner fin a una guerra que dura ya 18 años. “El mundo debe invertir recursos políticos, diplomáticos y financieros para poner fin a esta horrible guerra” pide Mons. Odama en una entrevista con missio Austria en Viena. “La cuestión no es como frenar a los rebeldes, sino como alcanzar una paz autentica. El fin último debe ser la reconciliación” sostiene el Obispo.
En una detallada relación sobre la actual situación en Uganda, Stefan Lanz de la obra caritativa de los Obispos alemanes “Misereor” explica los últimos acontecimientos en el país africano:
“Desde hace casi 20 años en el norte de Uganda se enfrentan en un conflicto violento los soldados de las fuerzas armadas gubernativas (UPDF) y los rebeldes del Lord’s Resistance Army (LRA). Con el líder carismático Josef Kony como jefe, los rebeldes intentan destituir el gobierno del presidente ugandés Yoweri Museveni y formar un estado sobre la base de los diez mandamientos. Durante mucho tiempo el conflicto estaba centrado sobre todo en las regiones del norte de Uganda. Uno de los motivos de la larga duración de la guerra está en el hecho de que los rebeldes reciben ayuda de Sudán. Por otra parte el gobierno de Uganda ofrece ayudas a los rebeldes en el sur de Sudán.
La situación empeoró nuevamente después de los sucesos del 11 de septiembre del 2001. El gobierno de EEUU sospechaba relaciones entre el gobierno del Sudán y la red terrorista Al Quaida ejerciendo fuertes presiones sobre el gobierno sudanés. Mientras tanto el LRA ha sido declarado movimiento terrorista prometiendo al gobierno de Uganda ayudas para combatir a los rebeldes. Después de una ofensiva por parte de los soldados gubernativos el conflicto se extendió al sur del Sudán y al interior de Uganda así como a las regiones meridionales del país. Tal desarrollo ha sido posible porque el gobierno de Sudan ha retirado las ayudas a los rebeldes dando el permiso a Uganda de combatir también al sur de Sudan donde se encuentran los refugiados del LRA. Las operaciones militares en un primer momento han debilitado al movimiento de rebeldes pero el objetivo de su disolución no se ha alcanzado. Mientras tanto el gobierno del Sudán a pesar de sus afirmaciones oficiales parece haber cambiado nuevamente de de actitud hacia los rebeldes ofreciendo de nuevo armas.
Los rebeldes por su parte, no buscan el enfrentamiento con las fuerzas armadas sino que su violencia se descarga contra la población civil de forma cruel. En sus masacres contra la población los rebeldes matan, mutilan a las personas sin escrúpulos, violan a las mujeres, roban a los habitantes de los poblados, queman las casas y destrozan las cosechas. Además los rebeldes secuestran a los niños reclutándolos como soldados o manos de obra. Las niñas son con frecuencia victimas de abusos sexuales. Desde el inicio del conflicto han sido secuestrados al menos 25.000 niños, la mitad de ellos tan solo en los dos últimos años. Por miedo a los rebeldes los niños se refugian con frecuencia en las ciudades.
Para proteger a la población civil a mediados de los años noventa el UPDF construyó campos de acogida. Desde comienzos de la guerra se hay alrededor de 1,3 millones de refugiados internos que en parte han encontrado acogida en estos campos. Pero los observadores declaran que la situación en los campos es muy crítica. Falta agua y servicios higiénicos y las personas necesitan ayudas externas. Por falta de seguridad no está garantizada la distribución de ayudas. Además los refugiados son maltratados por los soldados gubernativos y los rebeldes considerando tales campos como posibles lugares de sus ataques.
Durante mucho tiempo no se ha tenido en cuenta el conflicto de Uganda La situación de la población civil y en particular el destino de los niños hacen de esta guerra una catástrofe humanitaria. Las Naciones Unidas, la Unión europea y diversas organizaciones no gubernativas intentan ayudar a la población y ejercer presiones sobre las partes del conflicto para que se inicie un proceso de paz.
Desde mediados de los años noventa, el Acholi Religious Leaders Peace Iniziativve (ARLPI) que reúne a los lideres religiosos del país trabaja por iniciar los coloquios de paz. Pero la falta de confianza entre las partes interesadas y la sospecha reciproca de que falta voluntad de una autentica paz hacen difícil este empeño. Hasta el momento todas las iniciativas de paz han fracasado”.
(MS) (Agencia Fides 20/2/2004 Líneas: 61 Palabras: 828)


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