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Seúl (Agencia Fides) – Echar raíces profundas en la sociedad; dar importancia a una enseñanza de calidad, garantizando un servicio de excelencia a los estudiantes; destacar los valores y la identidad católica; aprender de otros algunas soluciones organizativas y jurídicas, como la de las Fundaciones, del sistema de países occidentales como Europa o los Estados Unidos: son estas las nuevas orientaciones de la escuela católica en Corea del Sur, según un reciente informe realizado por la Federación de los Institutos Católicos en Corea, titulado “El actual sistema legal de las escuelas católicas en Corea: propuestas para un futuro desarrollo”.
El Informe, enviado a la Agencia Fides, delinea en siete partes la identidad de las escuelas católicas en Corea y realiza un excursus histórico sobre las relaciones entre la Iglesia y el estado en el campo de la educación. El Presidente de la Federación de las Escuelas Católicas, S. E. Mons. Matthias Ri Iong-hoon, Obispo auxiliar de Suwon, que es además responsable de la Comisión para la Educación de la Conferencia Episcopal, destacó que “la Iglesia y el Estado deberían continuar discutiendo y buscando soluciones compartidas en el campo de la instrucción pública y privada”, recordando que “la escuela es el lugar donde se promueve el crecimiento intelectual, cultural, personal y espiritual de los jóvenes”.
El informe destaca que los institutos de instrucción católicos deben apuntar al desarrollo integral de los estudiantes, contribuyendo a su crecimiento psicológico y moral, convirtiéndose en lugares de atención espiritual y formación cristiana. Por ello la modalidad educativa de las escuelas católicas de evitar la lógica de la competitividad. La educación católica es importante no sólo para la Iglesia, sino para toda Corea, ya que ofrece un patrimonio de valores que ayudan a construir la paz, una recta conciencia en los ciudadanos, y una personalidad equilibrada y respetuosa del bien común. La razón profunda por la cual la Iglesia se compromete en el sector de la instrucción es el hecho de realizar su misión de amor hacia la humanidad.
Las escuelas católicas tienen el pleno derecho de proponer a todos los estudiantes inscritos, incluyendo a los no católicos, una enseñanza sobre la fe católica, en el absoluto respeto de la libertad de religión de los jóvenes.
El compromiso de la Iglesia coreana en el sector educativo tiene más de 150 años y continúa activo: según el Anuario Estadístico de la Iglesia 2006, la Iglesia administra 215 escuelas maternas, con 24.658 alumnos; 14 escuelas primarias, con 7.565 alumnos; 69 escuelas medias y superiores, frecuentadas por 42.548 estudiantes; 8.359 entre universidades y colegios, que cuentan con más de 87.492 estudiantes. (PA) (Agencia Fides 22/7/2008; líneas 33, palabras 442)
