ASIA/CHINA - “Seré valiente porque el Señor me acompaña”: la convicción de Mons. Pei Jun Min, nuevo Ordinario de la diócesis de Liao Ning

martes, 15 julio 2008

Liao Ning (Agencia Fides) – “Desde que fui nombrado Coadjutor, siempre he recordado que ‘todo me ha sido dado por mi Padre’, y por lo tanto ‘mi yugo es suave y mi carga ligera’ (cfr Mt 11, 27-30). Seré valiente porque el Señor me acompaña”. Mons. Paolo Pei Jun Min, Obispo ordinario de la diócesis de Liao Ning, en el continente, que comenzó oficialmente su ministerio episcopal de Ordinario de la diócesis el pasado 29 de junio, expresó estás convicciones durante la entrevista concedida a la prensa católica, hablando de su programa pastoral. Fue nombrado Coadjutor de la misma diócesis de la que ahora es Ordinario, con la aprobación del Santo Padre, el 12 de enero de 2006.
Hablando de los desafíos que la Iglesia, su diócesis y él mismo deben hacer frente, además de su firmeza en la fe, recordó también el ejemplo de su predecesor: “Mons. Jin Pei Xian me enseñó mucho, me preparó el terreno para un paso sin dificultad. Durante los 2 años transcurridos como Coadjutor he podido conocer mejor la realidad diocesana haciendo las visitas pastorales a las comunidades eclesiales de base, ejercitando el ministerio pastoral. Asimismo he conocido y hablado en modo profundo con sacerdotes, religiosos y laicos”. Para el futuro de la diócesis, “en primer lugar es necesario promover el desarrollo humano y la formación. Sacerdotes, religiosas y laicos todos son el motor del desarrollo de la diócesis. Pero cada uno de ellos tiene necesidad de una continua recarga espiritual, moral y también técnica. Trato de decir: conocer el método renovado de la evangelización. La segunda prioridad es mejorar la estructura diocesana permitiéndole concentrarse en la evangelización. La tercera es resolver los problemas que quedan con las propiedades eclesiales”.
Hablando de la formación permanente de sacerdotes y religiosas, mons. Paolo Pei dijio: “durante los años de estudio en el extranjero y de enseñanza en el seminario, me he dado cuenta de cuanto es importante la formación continua de los sacerdotes, tanto espiritual como intelectual. Y también los jóvenes tienen necesidad del apoyo y de la guía para hacerlos miembros activos en la vida de la Iglesia, convirtiéndolos en cristianos auténticos”. Sobre sus sentimientos actuales, como Obispo ordinario de la diócesis, Mons. Pei confió: “Desde mi nombramiento como Coadjutor me sentía como la Virgen, que ‘se turbó’ (Lc 1, 29). Nuestra diócesis cuenta con 80 sacerdotes, 180 religiosas y más de 110 mil fieles. ¡Cuánta responsabilidad! Pero he aprendido a rezar repitiendo frecuentemente al Señor: ‘Señor, ¿qué quieres que haga por ti?’. Cada día rezo con estas palabras y obtengo así la fuerza y la capacidad de hacerme instrumento en las manos del Señor”. (NZ) (Agencia Fides 15/07/2008; líneas 30 palabras 440)


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