AFRICA/ZIMBABWE - “Evitemos una crisis umanitaria que podría costarle la vida a cientos de miles de inocentes”: llamado del Presidente de Caritas Internationalis y del Presidente de la Conferencia Episcopal del África austral

martes, 17 junio 2008

Harare (Agencia Fides) – “Zimbabwe está en la vigilia de una inevitable crisis humanitaria que podría costarle la vida a cientos de miles de personas inocentes”. Lo afirman, en una declaración conjunta el Cardenal Óscar Rodríguez Madariaga, Arzobispo de Tegucigalpa (Honduras), Presidente de Caritas Internationalis, y su Excelencia Mons. Buti Tlhagale, Arzobispo de Johannesburg, Presidente de la Conferencia Episcopal de África Austral (SACBC, Conferencia de los Obispos Católicos de Botswana, Sudáfrica y Swaziland).
En la declaración se afirma que la suspensión de las actividades humanitarias internacionales y la espiral de violencia política causan sufrimientos y dificultades a millones de personas.
Caritas alimenta de manera directa a más de un millón de personas en Zimbabwe, y otros tres millones son asistidos por otros proyectos de la organización católica. Caritas da la prioridad a los más vulnerables: mujeres, niños y enfermos. Caritas, sin embargo, se ha visto obligada a suspender sus actividades a causa de la prohibición impuesta por el gobierno a las organizaciones humanitarias internacionales de actuar en el país, así como por el grado de inseguridad.
El Cardenal Rodríguez Maradiaga y Mons. Tlhagale exhortan a la comunidad internacional, en particular a Sudáfrica, a ejercer presión sobre el gobierno de Zimbabwe para que levante la prohibición inhumana de asistir a la población local y evite ulteriores manifestaciones de violencia contra los propios ciudadanos.
Los dos altos responsables de la Iglesia católica han definido la situación de Zimbabwe “desastrosa y chocante” y han expresado el temor de que las autoridades locales se puedan haber colocado en una situación de la que no se pueda salir sin elevar más los niveles de represión. Por este motivo exhortan al gobierno de Zimbabwe a escuchar a los líderes religiosos.
El Cardenal Rodríguez Maradiaga afirmó que “cuando se niega el alimento a las personas que afrontan el hambre se comete un pecado grave. El gobierno de Zimbabwe debe además garantizar que los agentes humanitarios estén en grado de trabajar en un ambiente seguro, sin amenazas de violencia. El nivel de amenazas y violencia política es inaceptable. Las restricciones que sufren los agentes humanitarios y el creciente nivel de violencia obstaculizan gravemente a la Iglesia en el desarrollo de su misión de ayuda y asistencia a los más necesitados”.
Mons. Tlhagale declaró que la situación en Zimbabwe ya no permite el desarrollo de una “diplomacia discreta” (“quiet diplomacy”). “La diplomacia discreta no quita el hambre a las personas, sino que propicia que las actuales estructuras de poder pongan en riesgo la supervivencia misma de las personas más vulnerables”.
“Esta situación – agregó el Arzobispo de Johannesburgo – está haciendo perder velozmente al gobierno de Zimbabwe y a quienes lo sostienen, toda la simpatía de la opinión pública. Debe terminar la retórica post colonial y las autoridades de Zimbabwe deben probar que verdaderamente dan importancia a los intereses de los ciudadanos de Zimbabwe dándoles de comer”.
El Cardenal Rodríguez Madariaga y Mons. Tlhagale apoyan el reciente llamado de los Obispos de Zimbabwe “por el inmediato cese de la violencia y de todas las acciones y declaraciones provocadoras. Los procesos electorales y los resultados que derivan de ellos no deben ser un pretexto para violar los mandamientos de Dios”. (L.M.) (Agencai Fides 17/6/2008; líneas 43, palabras 559)


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