VATICANO - Benedicto XVI a los Obispos de Bangladesh: “el aporte más importante que podemos ofrecer al diálogo interreligioso es nuestro conocimiento de Jesús de Nazareth ‘camino, verdad y vida’”

viernes, 13 junio 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Los Obispos están llamados a ser pacientes, mansos y gentiles, en el espíritu de las bienaventuranzas. De ese modo conducen a los demás a ver todas las realidades humanas a la luz del Reino de los Cielos… Muchos miembros de vuestro pueblo sufren por la pobreza, el aislamiento y la discriminación y os miran para una guía espiritual que los conduzca a reconocer la fe y a experimentar anticipadamente el hecho de ser verdaderamente bendecidos por Dios”. Lo ha subrayado el Santo Padre Benedicto XVI dirigiéndose a la Conferencia Episcopal de Bangladesh, recibida en audiencia el 12 de junio con ocasión de la visita Ad Limina Apostolorum.
El Papa se congratuló con los Obispos por su amor generoso por Dios, su solicitud por el pueblo que le ha sido confiado por el Señor Jesús y por el vínculo de unidad existente en el Espíritu Santo, luego subrayó la tarea que les ha sido confiada: transmitir el depósito de la fe. En este ámbito son apreciables los esfuerzos “por garantizar que los catequistas laicos sean un número suficiente, bien preparados, y obtengan el reconocimiento debido por parte de los fieles… su ejemplo y voluntad de dedicación alienten a otros laicos, hombres y mujeres, a tener un papel más activo en los apostolados eclesiales”. En el ámbito de la preparación para recibir los Sacramentos, hoy es cada vez más importante “preparar a jóvenes hombres y mujeres a reconocer el sacramento del matrimonio como alianza de amor fiel para toda la vida y como camino de santidad”, destacó el Santo padre: “Es urgente que todos los cristianos reafirmen la alegría del don total de sí en respuesta a la llamada radical del Evangelio”.
Otro motivo de satisfacción llega de las numerosas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada que la Iglesia en Bangladesh está experimentando actualmente. “Aliento vuestros esfuerzos para ofrecer a estos candidatos una formación adecuada que traiga frutos abundantes”, afirmó Benedicto XVI, que agradeció en particular a la Iglesia de Corea por la asistencia generosamente ofrecida en la preparación de seminaristas y sacerdotes.
“La Iglesia es católica: una comunidad que acoge a personas de todas las razas e idiomas y no está limitada a una cultura o a un particular sistema político, económico o social – prosiguió el Pontífice –. Ella está al servicio de toda la familia humana, compartiendo libremente sus dones para el bienestar de todos. Esto le confiere una habilidad connatural para promover la unidad y la paz. Mis queridos hermanos, vosotros y vuestro pueblo, como promotores de armonía y de paz, tenéis mucho que ofrecer a la nación. Amando vuestro país inspiráis tolerancia, moderación y comprensión. Alentando a las personas que comparten valores importantes a cooperar por el bien común contribuís a consolidar la estabilidad de vuestro país y a mantenerlo para el futuro”.
En tema de diálogo interreligioso, Benedicto XVI exhortó a los Obispos de Bangladesh “a perseverar con dedicación paciente en este aspecto esencial de la misión ad gentes de la Iglesia”, y afirmó: “se puede obtener muy bien cuando el diálogo es conducido en espíritu de comprensión y colaboración recíprocas en verdad y libertad… Como consecuencia, el aporte más importante que podemos ofrecer al diálogo interreligioso es nuestro conocimiento de Jesús de Nazaret “camino, verdad y vida”. El diálogo, basado en el respeto recíproco y en la verdad, no puede no tener una influencia positiva en el clima social de vuestro país. La delicadeza de esta tarea requiere de una cuidadosa preparación del clero y de los laicos y es necesario ofrecerles un conocimiento más profundo de su fe y después ayudarlos a acrecentar la comprensión del Islam, del hinduismo, del budismo y de las demás religiosas presentes en la región”.
Al final de su discurso, el Pontífice recordó la inminente celebración del Año paulino, “que para toda la Iglesia será una renovada invitación a anunciar con incesante valentía la Buena Nueva de Jesucristo”, y a los Obispos de Bangladesh dijo: “Como los primeros cristianos sois una pequeña comunidad en una gran población no cristiana. Vuestra presencia es un signo de que la predicación del Evangelio, que comenzó en Jerusalén y en Judea, sigue difundiéndose hasta los extremos confines de la tierra según la destinación universal que el Señor quiso para ella. Mis oraciones os acompañan mientras guiáis a vuestros sacerdotes, a los religiosos, hombres y mujeres, y a los laicos, por el camino marcado por tantos misioneros comprometidos, comenzando por San Francisco Javier, que llevó el Evangelio a vuestro País”. (S.L.) (Agencia Fides 13/6/2008)


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