VATICANO - El Papa en el ángelus: "la verdadera religión consiste en el amor a Dios y al prójimo. He aquí lo que da valor al culto y a la práctica de las reglas"

lunes, 9 junio 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "En el centro de la liturgia de la Palabra de este Domingo hay una expresión del profeta Oseas que Jesús retoma en el Evangelio: “Quiero amor y no sacrificio/conocimiento de Dios más que holocaustos” (Os 6,6). Se trata de una palabra clave, una de aquellas que nos introducen en el corazón de la Sagrada Escritura" ha subrayado el Santo Padre Benedicto XVI antes del rezo del ángelus, el domingo 8 de junio.
El contexto en el que Jesús hace propia la expresión de Oseas, es la vocación de Mateo, que era recaudador de impuestos por parte de la autoridad imperial romana de profesión, y por lo tanto considerado por los Judíos como un pecador público. Jesús lo llama cuando estaba sentado en el banco de los impuestos, después va a su casa con los discípulos y se sienta a la mesa junto a otros publicanos. Citando a continuación la narración evangélica, el Papa ha recordado: "A los fariseos escandalizados les respondió: “No son los sanos quienes necesitan al médico, sino los enfermos... No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores... (Mt 9, 12-13). El evangelista Mateo, siempre atento al vínculo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, en este momento pone en los labios de Jesús la profecía de Oseas: “Id y aprended lo que significa: Misericordia quiero y no sacrificio”.
El Santo Padre ha subrayado la importancia de esta expresión del profeta, tanto que "el Señor la cita nuevamente en otro contexto, a propósito de la observancia del sábado (cfr Mt 12, 1-8)", y ha continuado: "en este oráculo de Oseas, Jesús, el Verbo hecho hombre, se ha, por así decirlo, “encontrado” plenamente; lo ha hecho propio con todo su corazón y lo ha realizado con su comportamiento, a costa incluso de chocar con la susceptibilidad de los jefes de su pueblo. Esta palabra de Dios ha llegado a nosotros, a través de los Evangelios, como una de las síntesis de todo el mensaje cristiano: la verdadera religión consiste en el amor a Dios y al prójimo. Esto es lo que da valor al culto y a la práctica de los preceptos.
Antes de recitar el ángelus, Benedicto XVI ha invitado a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro a pedir la intercesión de la Virgen Maria para "vivir siempre en la alegría de la esperanza cristiana", abandonados en Dios, "que es misericordia infinita”. (S.L) (Agencia Fides 9/6/2008)


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