VATICANO - El Santo Padre a los Obispos de Myanmar: “Que Dios abra el corazón de todos para que se realice un esfuerzo por facilitar y coordinar actividades necesarias para llevar apoyo a quienes sufren y reconstruir las infraestructuras del país”

lunes, 2 junio 2008

Ciudad el Vaticano (Agencia Fides) – El compromiso de la Iglesia en Myanmar hacia los pobres y necesitados, conocido y apreciado, ha sido evidenciado por el Papa Benedicto XVI durante la audiencia a los Obispos de Myanmar recibidos el 30 de mayo con ocasión de la visita Ad Limina Apostolorum. Recordando el reciente pasaje del ciclón Nargis por el país, el Papa dijo: “Durante estos difíciles días, se cuan grato es el pueblo birmano hacia la Iglesia por sus esfuerzos por ofrecer casa, alimento, agua y medicinas a cuantos pasan aún por dificultades. Deseo que tras el acuerdo recientemente firmado sobre la ayuda de la comunidad internacional, cuantos están listos para ayudar puedan proveer el tipo de asistencia necesitada y tener efectivo acceso a los lugares en donde es más necesaria… El Santo Padre a los Obispos de Myanmar: “Que Dios abra el corazón de todos para que se realice un esfuerzo por facilitar y coordinar actividades necesarias para llevar apoyo a quienes sufren y reconstruir las infraestructuras del país”.
El Papa manifestó su alegría por el “cada vez mayor número de mujeres que responde a la vida consagrada” y destacó que “formar a los candidatos para este servicio de oración y de trabajo apostólico exige una inversión de tiempo y de recursos. Los cursos de formación ofrecidos por la Conferencia Religiosa católica de Myanmar certifican la cooperación entre las diversas comunidades religiosas con el debido respeto por el carisma particular de cada uno y responden a la necesidad de una sana formación académica, espiritual y humana”. Análogas esperanzas llegan del creciente número de candidatos al sacerdocio, que necesitan una formación completa en sintonía con la dignidad del ministerio sacerdotal. El Pontífice alentó a los Obispos a “hacer los sacrificios necesarios para garantizar que los seminaristas reciban la formación integral que les permitirá llegar a ser auténticos heraldos de la nueva evangelización”.
También los laicos “necesitan una robusta y dinámica formación cristiana que los inspire a llevar e mensaje evangélico a sus lugares de trabajo, familia y sociedad en general”. Citando las numerosas iniciativas catequéticas y espirituales promovidas por laicos, el Pontífice exhortó a los Obispos a recordar a cuantos dependen de ellos el “dirigirse siempre a la Eucaristía mediante la participación en la liturgia y en la contemplación silenciosa. También programas eficaces de evangelización y catequesis deben ser bien elaborados y organizados para alcanzar el fin deseado de enseñar la verdad cristiana y de llevar a las personas al amor de Cristo”.
El Papa Benedicto XVI se alegró por las nuevas iniciativas de los Obispos de Myanmar nacidas tras el Primer Congreso Misionero Asiático y dirigidas a los budistas, alentando a “desarrollar relaciones cada vez mejores con los budistas por el bien de vuestras comunidades y de toda la nación”.
Al final de su discurso, agradeciendo a los Obispos por el ministerio desarrollado incluso “en circunstancias difíciles”, Benedicto XVI recordó la inminente apertura del “especial Año Jubilar en honor de san Pablo”, y dijo: “Pablo nos exhorta a tener la mirada fija en la gloria que nos espera para no desesperarnos nunca ante la pena y el sufrimiento presente… os invito a uniros a San Pablo en la absoluta confianza que nada, ni la miseria, ni la persecución o la carestía, ni el presente ni el pasado, pueden separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús el Señor”.(S.L.) (Agencia Fides 2/6/2008)


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