EUROPA/ITALIA - “Los muchachos de la calle Sandri”, campeones de vida en la periferia romana pobre

lunes, 26 mayo 2008

Roma (Agencia Fides) - La calle Sandro Sandri en Casal Bruciato es uno de los muchos lugares de la periferia de Roma, de aquella periferia donde el malestar social, el dolor y el sufrimiento, la fuga de todo, la violencia, la criminalidad y muchas veces la droga y la instabilidad personal y familiar es tristemente palpable. Pero desde 1965 la calle es sede de la escuela ELIS, que desde hace más de cuarenta años ofrece a los jóvenes una posibilidad para construirse un futuro estable a través de un camino que se apoya en cuatro ámbitos constitutivos de la escuela: Educación, Trabajo, Instrucción y Deporte.
Las historia de doce muchachos que encontraron la escuela ELIS —una isla feliz en relación a lo que los rodeaba— y sus profesores, son el centro del libro “Los muchachos de la Calle Sandri. Maestros de la calle y compañeros de escuela” (Ares editor), realizado por el director de la Escuela de Formación Profesional ELIS, Pierluigi Bartolomei, con prefacio de Andrea Pamparana, vicedirector del Tg5, y del honorable Giuseppe Cossiga, presentado en Roma en el sugestivo cuadro del taller de orfebrería de Fausto Maria Franchi.
Las historias, muchas de ellas impresionantes y conmovedoras, fruto del diálogo continuo con el director, la voz narradora del volumen, muestran como los muchachos italianos y extranjeros, provenientes de situaciones ‘difíciles’, gracias al cuidado y a las enseñanzas de los maestros de la escuela, responsables y apasionados, supieron hacerse campeones de la vida reconstruyendo no sólo situaciones personales en crisis desde hace mucho tiempo (como el muchacho que volvió a dialogar con el padre después de un largo periodo de silencio y hastió entre los dos) pero sobre todo llegando a ser personas responsables en todos los ámbitos de la vida y profesionales apreciados en sus trabajos. No es una casualidad que el 95% de los estudiantes de ELIS encuentren trabajo antes de un año después de haber terminado los cursos y que muchos de ellos ocupen cargos importantes en grandes empresas internacionales.
La historia de ELIS comienza con el pedido del Papa Juan XXIII que le confió la realización de este trabajo a San Josemaría Escriba, fundador del Opus Dei quién estuvo presente en 1965 en la inauguración del centro, bendecido por el Papa Pablo VI. El mismo año el centro ELIS fue reconocido por el Presidente de la República. El rol del educador, competente y experto, capaz de involucrarse plenamente llegando a ser un ejemplo para los muchachos es uno de los milagros de ELIS, del que Pierluigi Bartolomei, se siente más orgulloso. De hecho, ELIS, es un lugar en el que el grado de compromiso personal es altísimo.
Los profundos valores cristianos, fruto de la paternidad del Opus Dei sobre el centro ELIS, son, según Andrea Pampara, los secretos del éxito del centro y de sus muchachos, principios visibles en el respeto total con el que los muchachos tratan los objetos y las personas con las que trabajan, en la rectitud con la que son realizados los trabajos que se les confían, en el trabajo en grupo, hasta llegar a una verdadera santificación a través del trabajo, elemento fundamental en la pedagogía de San Josemaría. En la actualidad ELIS es un centro de formación profesional de gran prestigio, que ofrece su método educativo a varios niveles (obreros especializados, orfebres y relojeros así como especializaciones para estudiantes ya graduados). (P.C.) (Agencia Fides 26/5/2008; líneas 41, palabras 577)


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