VATICANO - "Quien se alimenta con el Pan de Cristo no puede quedar indiferente ante quien, incluso en nuestros días, carece del pan cotidiano" subraya el Papa en el ángelus, renovando su solidaridad a la población china golpeada por el terremoto

lunes, 26 mayo 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "En Italia y en varios países, hoy se celebra la solemnidad del Corpus Christi, que en el Vaticano y en otras naciones ya se celebró el jueves pasado. Es la fiesta de la Eucaristía, don maravilloso de Cristo, que en la última cena quiso dejarnos el memorial de su Pascua, el sacramento de su Cuerpo y de su Sangre, prenda de inmenso amor por nosotros”. Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI se ha dirigido a los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro el domingo 25 de mayo para el rezo del ángelus.
"El Creador y Señor de todas las cosas - ha afirmado el Santo Padre - se ha hecho "grano de trigo" para ser sembrado en nuestra tierra, en los surcos de la historia; se ha hecho pan para ser partido, compartido, comido; se ha hecho alimento nuestro para danos la vida, su misma vida divina". Benedicto XVI ha continuado poniendo en evidencia la unión de la eucaristía con el compromiso de solidaridad: "La Eucaristía es escuela de caridad y de solidaridad. Quien se alimenta con el Pan de Cristo no puede quedar indiferente ante quien, incluso en nuestros días, carece del pan cotidiano. Muchos padres logran a duras penas encontrarlo para sí y para sus niños. Es un problema cada vez más grave, que le cuesta resolver a la comunidad internacional. La Iglesia no sólo reza "danos hoy el pan de cada día", sino que, siguiendo el ejemplo del Señor, se compromete de todas las maneras por "multiplicar los cinco panes y los dos peces" con innumerables iniciativas de promoción humana, compartiendo lo imprescindible para que a nadie le falte lo necesario para vivir”.
Por último, el Papa ha deseado que la fiesta del Corpus Christi "sea una ocasión para crecer en esta atención concreta a los hermanos, especialmente los pobres." por intercesión de la Virgen Maria, "de la que el Hijo de Dios ha tomado la carne y la sangre", y ha invitado a la celebración de la conclusión del mes mariano que se tendrá sábado 31 de mayo, a las 20horas, en la Plaza de San Pedro.
Después del ángelus, el Santo Padre ha dirigido un particular saludo a los peregrinos de lengua china reunidos en Roma para la Jornada Mundial de oración por la Iglesia en China y a todos los chinos afectados por las consecuencias del sismo de los días pasados. Estas son las palabras del Papa: "Saludo con mucho afecto a los peregrinos de lengua china, que se han reunido en Roma procedentes de toda Italia con motivo de la Jornada Mundial de Oración por la Iglesia en China. Confío al amor misericordioso de Dios a todos vuestros compatriotas que en estos días han fallecido a causa del terremoto, que ha golpeado una amplia área de vuestro país. Renuevo mi cercanía personal a quienes están viviendo horas de angustia y tribulación. Que gracias a la fraterna solidaridad de todos, las poblaciones de esas zonas puedan regresar pronto a la normalidad de la vida cotidiana. Junto a vosotros le pido a María, auxilio de los cristianos, nuestra señora de Sheshan, que apoye "el compromiso de quienes en China, en medio de las fatigas cotidianas, siguen creyendo, esperando y amando, para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús", siendo "siempre testigos creíbles de este amor, manteniéndose unidos a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia". (S.L) (Agencia Fides 26/5/2008; Líneas: 41 Palabras: 621)


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