VATICANO - "Que vuestra persona irradie siempre la dignidad del ser esposa de Cristo, exprese la novedad de la existencia cristiana y la esperanza serena de la vida futura": Benedicto XVI en el Congreso del Ordo Virginum

viernes, 16 mayo 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Santo Padre Benedicto XVI ha dicho a las participantes en el Congreso del Ordo Virginum sobre el tema: "Virginidad consagrada en el mundo: un don para la Iglesia y en la Iglesia", a las que ha recibido en audiencia el 15 de mayo por la mañana: "A la hora de elegir el tema guía de estos días os habéis inspirado en una afirmación mía que sintetiza cuanto ya he dicho sobre vuestra realidad de mujeres que viven la virginidad consagrada en el mundo: Un don en la Iglesia y para la Iglesia. En esta luz deseo confirmaros en vuestra vocación e invitaros a crecer de día en día en la comprensión de un carisma tan luminoso y fecundo a los ojos de la fe, si bien oscuro e inútil a los del mundo”.
En su discurso el Papa ha recordado que "el Orden de las Vírgenes constituye una expresión particular de vida consagrada, que volvió a florecer en la Iglesia después del Concilio Vaticano II" pero cuyas raíces son antiguas pues se hunden en los inicios de la vida evangélica cuando, “el corazón de algunas mujeres comenzó a abrirse al deseo de la virginidad consagrada: al deseo de entregar a Dios todo el ser que se realizó extraordinariamente por primera vez en la Virgen de Nazaret y en su "sí". "Vuestro carisma debe reflejar la intensidad y también la frescura de sus orígenes", ha continuado el Papa citando la institucionalización de este carisma a lo largo de los siglos hasta “llegar a una consagración pública verdadera y solemne, conferida por el obispo mediante un sugestivo rito litúrgico que hacía de la mujer consagrada la "sponsa Christi", imagen de la Iglesia esposa".
Después de haber recordado que esta vocación está profundamente arraigada en la Iglesia particular de pertenencia, el Pontífice ha afirmado: “de la existencia de la diócesis, con sus tradiciones, sus santos, sus valores, límites y dificultades" estas personas llegan a "la Iglesia universal, sobre todo compartiendo la oración litúrgica… De este modo vuestro “yo” orante se dilatará progresivamente hasta que en la oración no haya más que un gran "nosotros". Esta es la oración eclesial y la verdadera liturgia”.
Normalmente cada consagrada continua en su propio contexto de vida, "pero a través vuestra el amor se hace seguimiento: vuestro carisma comporta una donación total a Cristo, una asimilación al Esposo que requiere implícitamente la observancia de los consejos evangélicos, para custodiar integra la fidelidad a Él - ha continuado Benedicto XVI -. El ser con Cristo exige interioridad, pero al mismo tiempo apertura para comunicarse con los hermanos: aquí está vuestra misión… Entre vosotras hay estilos y modos diversos de vivir el don de la virginidad consagrada… Os exhorto a ir más allá de la apariencia externa, acogiendo el misterio de la ternura de Dios que cada una lleva en si y reconociéndoos como hermanas, aún en medio de vuestra diversidad”.
En la parte conclusiva de su discurso, el Papa Benedicto XVI ha dirigido esta exhortación: "Actuad de modo que vuestra persona irradie siempre la dignidad del ser esposa Cristo, exprese la novedad de la existencia cristiana y la esperanza serena de la vida futura. Así, con vuestra vida recta, podréis ser estrellas que orienten el camino del mundo… Sed testigos de la espera vigilante y laboriosa, de la alegría, de la paz que es propia de quien se abandona al amor de Dios. Estad presentes en el mundo y peregrinad hacia el Reino”. (S.L) (Agencia Fides 16/5/2008; Líneas: 42 Palabras: 619)


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