VATICANO - Benedicto XVI al Movimiento por la vida: "es necesario testimoniar de manera concreta que el respeto de la vida es la primera justicia que se debe aplicar. Para quien tiene el don de la fe esta se convierte en un imperativo inderogable"

martes, 13 mayo 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Mirando las pasados tres décadas y considerando la actual situación, se debe reconocer que defender la vida humana es hoy prácticamente más difícil, porque se ha creado una mentalidad de progresivo menosprecio de su valor, según el juicio de cada uno. Como resultado de ello se deriva un menor respeto por la misma persona humana, valor este que está a la base de toda convivencia civil, por encima de la fe que se profesa”. Lo ha recordado el Santo Padre Benedicto XVI a los miembros del Movimiento por la vida, recibidos en audiencia el 12 de mayo, a los treinta años de la legalización del aborto en Italia.
Considerando las múltiples causas que llevan a una decisión dolorosa como el aborto, la Iglesia “no se cansa de recordar que el valor sagrado de la existencia de cada hombre hunde sus raíces en el diseño del Creador" ha recordado el Santo Padre, promoviendo al mismo tiempo "toda iniciativa de apoyo de las mujeres y familias para crear condiciones favorables a la acogida de la vida, y tutela de la institución de la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer". Benedicto XVI ha subrayado a continuación: "La permisión de la interrupción del embarazo, no solo no ha solucionado los problemas que afligen a muchas mujeres y no poco núcleos familiares, sino que ha abierto una ulterior herida en nuestras sociedades, ya lamentablemente gravadas por profundos sufrimientos".
El Santo Padre ha reconocido que a pesar del amplio empeño realizado en estos años, no sólo por parte de la Iglesia, para salir al encuentro de las necesidades y dificultades de las familias, "muchos problemas continúan atenazando la sociedad actual, impidiendo dar espacio al deseo de muchos jóvenes de casarse y formar una familia por las condiciones desfavorables en que viven. La falta de trabajo seguro, legislaciones a menudo carentes en materia de tutela de la maternidad, la imposibilidad de asegurar una sustentación adecuada a los hijos, son algunos de los impedimentos que parecen ahogar la exigencia del amor fecundo, mientras abren las puertas a un creciente sentido de desconfianza en el futuro". Benedicto XVI ha exhortado por ello a unir esfuerzos "para que las diversas Instituciones pongan de nuevo en el centro de su acción la defensa de la vida humana y la atención prioritaria a la familia, en cuyo álveo nace y se desarrolla la vida", y ha indicado la necesidad de ayudar a la familia con apropiados instrumentos legislativos, para que se facilite "su formación y su labor educativa, en el no fácil contexto social actual".
A continuación el Papa ha recordado la urgencia de que los cristianos protejan la vida "con valentía y amor en todas sus fases": "Se debe testimoniar de manera concreta que el respeto por la vida es la primera justicia por aplicar. Para quien tiene el don de la fe esta se convierte en un imperativo inderogable, porque el seguidor de Cristo está llamado a ser cada vez más 'profeta' de una verdad que nunca podrá ser eliminada: solo Dios es Señor de la vida. Todo hombre conocido y amado, querido y guiado por Él".
En la parte conclusiva de su discurso, el Santo Padre, recordando el 60° aniversario de la Declaración de los Derechos del hombre y su reciente intervención en las Naciones Unidas, ha definido "sobremanera loable" la labor del Movimiento por la vida en el ámbito político "como ayuda y estímulo a las Instituciones, para que se le de el justo reconocimiento a la palabra 'dignidad humana'. Por último, Benedicto XVI ha dado las gracias al Movimiento por el servicio que hace a la Iglesia y a la sociedad: "¡Cuántas vidas humanas habéis salvado de la muerte! Continuad por este camino y no tengáis miedo, para que la sonrisa de la vida triunfe en los labios de todos los niños y de sus madres". (S.L) (Agencia Fides 13/5/2008; Líneas: 46 Palabras: 694)


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