EUROPA/ITALIA - Inaugurada la nueva Academia de Ciencias Humanas y Sociales: la unidad del saber frente a la minuciosa especialización que obsesiona la cultura moderna

viernes, 18 abril 2008

Roma (Agencia Fides) - Después de más de diez años de colaboración y diálogo interdisciplinario entre las ciencias sociales y las ciencias religiosas y entre el saber humanístico y el científico ha sido inaugurada oficialmente el jueves 17 de abril la Academia de ciencias humanas y sociales (A.S.U.S.): una experiencia nacida por iniciativa de los profesores de universidades laicas y eclesiásticas de la diócesis de Roma y que en el tiempo ha logrado involucrar a más de 120 profesores de Universidades internacionales además de haber obtenido el patrocinio del Pontificio Consejo para la Cultura.
La finalidad de la Academia es la de llenar un vacío cultural, oponiendo el concepto de la unidad del saber a la minuciosa especialización que obsesiona a las universidades y a la cultura moderna. La inauguración se realizó en la que será la sede de la Academia, la Abadía de la Santa Cruz en Jerusalén, porque siguiendo el ejemplo de San Benito y de su impulso civilizador —a través del dicho ora et labora— la integridad de la tarea de cada monasterio nace del colaborar en la humanización de la sociedad y en la difusión del Evangelio.
Con este motivo y con esta intención el Padre Simone Fioraso, Abad de Santa Cruz, ha aceptado acoger la sede de la Academia, como él mismo contó durante la ceremonia de inauguración. S.E.R. Mons. Grianfranco Ravasi, Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, tuvo una intervención sobre el tema ‘Texto sagrado y religiones’, inspirándose en el homónimo volumen que la A.S.U.S publicó en el 2006, en el que el análisis de la relación entre religión e identidad gráfica inicia con la cultura asirio-babilonia y llega hasta las confesiones monoteístas. Todos los grandes cultos se han basado sobre un texto, del que después tratan de encontrar su fuente; un texto que oculta siempre un mensaje trascendente por encima del tiempo y del espacio. El libro, también el laico, busca aferrar aquello que por naturaleza lo excede, es decir el infinito, lo eterno, dándole un aspecto gráfico.
Además del texto escrito, explicó Mons. Ravasi, existe la palabra pronunciada con la voz, muchas veces frágil y limitada, pero que se hace portadora del divino en el límite humano. La palabra divina está en la base de la experiencia salvífica posible de cada hombre. Por esto los textos sagrados son símbolos que necesitan interpretación, no son textos informativos sino de provocación que deben mover las conciencias.
La recién creada Academia ha contado con el apoyo de la prestigiosa Academia de los “Lincei”, cuyo presidente, el prof. Giovanni Conso, ha reafirmado la necesidad de una disponibilidad al diálogo entre academias, para conocerse mejor y conocer la realidad objetiva. El diálogo como base de la Academia, siguiendo el ejemplo de la experiencia platónica, ha sido central también en la intervención de S.E.R. Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, Canciller de la Pontificia Academia para las Ciencias Sociales. La inauguración que contó con el prof. Gaspare Mura, Presiente del A.S.U.S., como moderador estuvo animada por los cantos del coro infantil de las ‘Matite colorate’. (P.C.) (Agencia Fides 18/4/2008; líneas 39, palabras 531)


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