AFRICA/KENIA - Nuevo gobierno keniano debe afrontar con prontitud la violencia de los Mungiki que protestan a causa de la muerte de la esposa de su jefe

lunes, 14 abril 2008

Nairobi (Agencia Fides)- “Un gobierno por la paz”, de este modo el cotidiano “The Nation” titula hoy el artículo de apertura sobre la varias veces reenviada constitución del gobierno de la unidad nacional. El domingo 13 de abril el Presidente Mwai Kibaki nombró al jefe de la oposición, Raila Odinga, Primer Ministro del nuevo ejecutivo, formado por 43 ministros. El partido del Presidente mantiene los dicastérios más importantes, como el de las Financias y el Exterior, pero Odinga ha conseguido dos cargos-clave, Gobierno local y Agricultura, fueron asignados a personas de su partido. El gabinete incluye además a dos Vice premieres, uno por cada parte.
Las discusiones sobre la repartición de los encargas gubernamentales ha sido larga y compleja y ha sido la principal causa del atraso de la formación del gobierno de coalición, que es uno de los puntos principales del acuerdo alcanzado a finales de febrero para dar fin a la gravísima crisis política tras las elecciones del 27 de diciembre.
“Frente al gran número de ministros se han manifestado diversas voces críticas, pero en general la población está contenta pues temía una nueva división y nuevas violencias”, dice a Agencia Fides una fuente de la Iglesia local de Nairobi, que ha pedido el anonimato por motivos de seguridad. “Lamentablemente las violencias se han dado por otro motivo, el asesinato de la esposa del jefe de la secta Mungiki, Maina Njenga. En este momento, las calles de Nairobi están paralizadas por miembros de la secta que impiden la circulación de los “Matato”, taxis colectivos utilizados por la gente para ir a trabajar”. Según fuentes de la prensa, al menos 9 personas han sido asesinadas en los combates entre la policía y los miembros de la secta.
El cuerpo de Virginia Nyakio, mujer de Maina Njenga, líder de los Mungiki, que se encuentra actualmente en cárcel, ha sido encontrado la semana pasada, en la floresta de Gatungu, junto a los cuerpos mutilados de tres personas que habían sido raptadas junto a ella el 8 de abril.
“Los Mungiki acusan a la policía de este crimen, pero la población afirma que se ha tratado de un arreglo de cuentas interno a la secta. Una facción rival de Maina Njenga lo acusa de no compartir los ingentes recursos de la secta y por ello raptó a la mujer para obligarla a ceder el patrimonio que administraba en vez del marido encarcelado”, dice la fuente de Fides. “Por el momento no hay elementos que hagan pensar en que los mungiki quieran poner a prueba el gobierno apenas formado; se ha tratado probablemente de una coincidencia. El ejecutivo se encuentra así frente a una serie de problemas muy serios por afrontar: desde el impulso a la economía, seriamente dañada por los hechos de los meses pasados, a las violencias legadas, no solo a mungiki, sino también a una criminalidad difundida que no duda en asesinar por algo de dinero. Una violencia que no respeta ni siquiera a un religioso de 77 años, como P. Brian Thorp, misionero de Mill Hill, asesinado el 9 de abril en la canónica de la parroquia de Lamu, en la Arquidiócesis de Mombasa.(L.M.) (Agencia Fides 14/4/2008 líneas 33 palabras 482)


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