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Honiara (Agencia Fides) - Casas, escuelas, cultivos, embarcaciones destruidas: las heridas materiales y espirituales dejadas por el tsunami que hace un año, en abril del 2007, golpeó a las Islas Salomón son todavía evidentes en el territorio del archipiélago. Pero mientras tanto son atendidas gracias a los proyectos de ayuda humanitaria, reconstrucciones y reparaciones que Caritas, las congregaciones religiosas y algunas ONG’s cristianas y no cristianas, pusieron en funcionamiento inmediatamente luego del desastre.
El terremoto y el tsunami del 2 de abril del 2007 devastaron numerosas islas, dejando cerca de 50 víctimas y obligando a miles de personas a dejar casas y poblados en las zonas costeñas para establecerse en zonas elevadas.
Algunos testimonios enviados a la Agencia Fides dan cuenta de cómo se desenvuelve la vida de las personas a un año del fenómeno. En la escuela primaria “San Juan Bosco” en Nila quedaron destruidos carpetas, libros, material didáctico, afortunadamente no habían niños en el edificios en el momento en que se inició el terremoto. Los estudiantes pudieron regresar a la escuela recién ocho meses después, no sin miedo e inseguridad. Ahora, sin embargo, los pequeños, gracias al cuidado y al afecto de religiosas y laicos que forman parte del personal docente de la escuela, está recobrando la confianza en sí mismos y en la vida, y superando los traumas psicológicos que dejó el tsunami.
También Sor Leonie Megogole, religiosa dominicana que enseña en la provincia de Choiseul, vió con suma tristeza su escuela devastada, y ahora por fin el retorno de sus estudiantes luego de una interrupción de cuatro meses. Hoy retomó las lecciones con más entusiasmo que nunca.
Apenas ocurrió el desastre, la Caritas de las Islas Salomón y organizaciones afines se activaron para llevar ayudas de emergencia (alimento, agua, carpas) sobretodo a las islas de Gizo y a las islas Shortland, entre las más golpeadas. Al mismo tiempo se pusieron en marcha proyectos de reconstrucción y reparación, para permitir a la población local retomar rápidamente las faenas cotidianas, las actividades agrícolas, las labores artesanales, la pesca, el comercio, que antes del tsunami se desarrollaban con absoluta normalidad. Actualmente, a un año del sismo, los proyectos están en plena actividad y han producido ya algunos resultados, como la reactivación de las redes y la conducción de agua potable en 29 poblados, y la reconstrucción de casas e infraestructuras.
Un aspecto importante es también del de la atención de los traumas psicológicos que han afectado a muchos niños y jóvenes. “La necesidad de una asistencia psico-social entre los niños es generalizada”, afirma Tania Herbert, psicóloga que trabaja para un programa de asistencia promovido por Caritas Australia.
Gracias al auxilio de voluntarios, laicos y religiosos, la población de las Islas Salomón, paso a paso, está recobrando la esperanza en el futuro, que es la base fundamental para retomar las actividades intelectuales y el trabajo, así como la vida en las familias, en los pueblos y en las comunidades. (PA) (Agencia Fides 11/4/2008; líneas 36, palabras 495)
