VATICANO - En la Fiesta de la Sagrada Familia, Benedicto XVI invita a fijar la mirada en Jesús, María y José: “adoramos el misterio de un Dios que quiso nacer de una mujer, la Virgen santísima, y entrar en este mundo por el camino común a todos los hombres”

miércoles, 2 enero 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En ocasión de la fiesta de la Sagrada Familia, el Domingo 30 de diciembre, el Santo Padre Benedicto XVI ha dedicado el Ángelus al valor cristiano del núcleo familiar. Con la venida al mundo del Salvador, que se hizo carne en un niño, Dios “santificó la realidad de la familia, colmándola de la gracia divina y revelando plenamente su vocación y misión”. El Santo Padre recordó la importancia dada a la familia por el Concilio Vaticano II: “Los cónyuges "son testigos, el uno para el otro y ambos para sus hijos, de la fe y del amor de Cristo". Así la familia cristiana participa de la vocación profética de la Iglesia: con su estilo de vida "proclama en voz alta tanto los valores del reino de Dios ya presentes como la esperanza en la vida eterna"”.
Citando al Papa Juan Pablo II, Benedicto XVI afirmó de nuevo con fuerza que “el bien de la persona y de la sociedad está íntimamente vinculado a la "buena salud" de la familia. Por eso, la Iglesia está comprometida en defender y promover "la dignidad natural y el eximio valor" del matrimonio y de la familia”.
Asimismo, Benedicto XVI se dirigió, en español, a los fieles reunidos en Madrid para el Encuentro de las Familias: “Al contemplar el misterio del Hijo de Dios que vino al mundo rodeado del afecto de María y de José, invito a las familias cristianas a experimentar la presencia amorosa del Señor en sus vidas”. Luego invitó al pueblo ibérico a dar “testimonio ante el mundo de la belleza del amor humano, del matrimonio y la familia”, conscientes de que “ésta, fundada en la unión indisoluble entre un hombre y una mujer, constituye el ámbito privilegiado en el que la vida humana es acogida y protegida, desde su inicio hasta su fin natural”. Dirigiéndose finalmente a la Virgen María, el Papa rezó por el bien de todas las familias, recordando que “vale la pena trabajar por la familia y el matrimonio porque vale la pena trabajar por el ser humano, el ser más precioso creado por Dios”. (Agencia Fides - líneas 26, palabras 409)


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