EUROPA/ITALIA - Chiara Lubich concluye su viaje terreno: una vida dedicada a difundir la fraternidad universal para contribuir a componer en unidad la familia humana en nombre del Evangelio

viernes, 14 marzo 2008

Roma (Agencia Fides) - "En un clima sereno, de oración y de intensa conmoción, Chiara Lubich ha concluido a 88 años su viaje terreno hoy, 14 de marzo de 2008, a las 2, en su residencia de Rocca di Papa (Roma), donde entrada la noche había regresado por su expresa voluntad después del internamiento en el Policlínico Gemelli". Con estas palabras el Movimiento de los Focolares ha anunciado la muerte de Chiara Lubich. Durante todo el día de ayer, centenares de personas han pasado para dirigirle el último saludo en la habitación, para luego detenerse en oración en la capilla del lado, permaneciendo largo rato en los alrededores de su casa. Una ininterrumpida y espontánea procesión. Con algunos Chiara intercambió algún gesto de acuerdo, a pesar de su extrema debilidad.
Nacida en Trento en 1920, Chiara Lubich dio vida a un vasto movimiento de renovación espiritual y social, el Movimiento de los Focolares. Durante la segunda guerra mundial, entre los pobres en Trento, inicia la que ella definió como "una aventura divina": hoy el Movimiento está difundido entre millones de personas en 182 Países. No reúne tan sólo a católicos, sino también a cristianos de más de 350 Iglesias, judíos, musulmanes, budistas, hindúes y personas sin una referencia religiosa, que participan en el único proyecto de vivir y difundir la fraternidad universal para contribuir a componer la familia humana en unidad. Entre las muchas concretizaciones: las ciudadelas de testimonio, el proyecto por una economía de comunión en el que están implicados más de 750 empresas que devuelven parte de sus bienes para los pobres, 1000 obras y actividades sociales, especialmente en los Países en vías de desarrollo, más de 12.000 adopciones a distancia.
Chiara Lubich preparó para la Agencia Fides el Comentario a la intención Misionera indicada por el Santo Padre para el mes de octubre del 2002, que tenía por tema: "Para que los misioneros, sacerdotes, religiosos y laicos sepan anunciar con valentía el amor de Cristo a los pobres" (ver Agencia Fides 20/9/2002. En el texto escribió además:
"El amor está en el corazón del mensaje evangélico. Cristo lo ha testimoniado durante toda su vida con las palabras y con las obras. Es un amor de dimensiones universales, que propone como ley de vida a todos los que quieran seguirlo: "Ama al prójimo como a ti mismo" (Mt 19,18; cf Mt 22,39). Amar al prójimo a todo prójimo, a cualquiera con el que nos encontremos a lo largo del camino . "¿Si amáis a los que los que os aman - son Sus palabras - qué merito tenéis? (..) Y si dais solamente el saludo a vuestros hermanos, qué hacéis de extraordinario"? (Mt 5,46-47). Éste es típicamente el amor cristiano: un amor que no hace distinción alguna como el del Padre celeste que "hace surgir su sol sobre malos y bueno, y hace llover sobre justos e injustos". Pero, sin duda, Jesús en su amor hacia todos, mostró una especial predilección hacia los pobres: estaba cercano a quien sufría de cualquier modo…
Es por lo tanto particularmente oportuno llamar la atención sobre el lugar que tenían los pobres en la vida de Jesús. Es algo maravilloso subrayar que los pobres fueron los primeros destinatarios de Su amor; qué, en la medida en que amemos a los pobres, también nosotros podremos salvarnos y así tener parte en la gloria del reino de los cielos, como Él mismo promete hablando del juicio final (cfr Mt 25,31-40). Anunciar el amor de Cristo por los pobres. Pero para que tal anuncio pueda ser realmente eficaz, es necesario que todo cristiano se haga a su vez a pobre…
Es el camino que todos los cristianos deben recorrer: no sólo los misioneros, sacerdotes o religiosos, sino también los laicos, invitados hoy todos por el Santo Padre a comprometerse en la "Nueva Evangelización" (Novo Milenio Ineunte 40) a anunciar con valentía el amor de Cristo para los pobres. Seremos así ejemplo e impulso para el mundo - tan lacerado por toda forma de violencia y discriminación - para que se realice, entre Países ricos y Países pobres, una más ecuánime distribución de los bienes como presupuesto de justicia y de paz." (S.L) (Agencia Fides 14/3/2008, Líneas: 49 Palabras: 723)


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