AMERICA/BOLIVIA - Orientaciones pastorales de los Obispos ante el proyecto Constitución Política del Estado: “crear un clima de apertura, abrir espacios de diálogo, hacer posible un pacto social, restablecer la legalidad”

viernes, 14 marzo 2008

La Paz (Agencia Fides) - A pocos días de comenzar la Semana Santa 2008, la Conferencia Episcopal de Bolivia ha presentado el documento “Para que el pueblo tenga vida”, en el que ofrecen un conjunto de orientaciones pastorales sobre el proyecto de Constitución Política del Estado (CPE), ante la responsabilidad “de expresar nuestra voz sobre asuntos fundamentales que afectan a las personas y al bien común de nuestra sociedad, con la finalidad de promover la formación de la conciencia y dar criterios de discernimiento en el momento de definir las bases de la convivencia social y política del futuro del país”. Su reflexión se centra prioritariamente en el proyecto de CPE porque tiene un alcance general y atañe al bienestar de toda la población y porque el país debe tomar conciencia de que con este proyecto se define la vida de la comunidad boliviana de los próximos decenios. Sin embargo, no se dejan de lado, entre otras, preocupaciones concurrentes relacionadas con la situación del país, los estatutos autonómicos y el estado de derecho.
Los Obispos muestran su preocupación por las presiones y la violencia que han caracterizado desde hace tiempo el debate que se está realizando en el país por la legalidad del proyecto de CPE y recuerdan una vez más que “el diálogo es el único medio para alcanzar el acuerdo, un diálogo basado en la transparencia y respeto mutuo en vista al bien común y la dignidad humana”.
Analizan en primer lugar en el documento la situación actual que vive Bolivia en esta época de importantes cambios. Dentro de este proceso ha habido algunos aspectos positivos y otros negativos. Entre los positivos destacan un mayor reconocimiento de los pueblos indígenas, la creciente participación de los sectores sociales y cívicos en la vida y quehacer político. Pero junto a esto ven con inquietud los Obispos “que aumenta el distanciamiento entre regiones, clases sociales y etnias”, con una “polarización ideológica y regional y una excesiva primacía del debate y quehacer político en lugar de atender las necesidades primarias del pueblo”. También se detecta desde hace años un constante debilitamiento de la institucionalidad democrática y del Estado y un aumento del clima de tensión provocado por “la falta de seguridad, el recrudecimiento de la violencia en las calles, los linchamientos de una crueldad inaudita, el incremento del narcotráfico y contrabando, situaciones que denotan un peligroso vacío de la institucionalidad, en particular de las instituciones del orden, desprecio de las leyes y pérdida del sentido del valor sagrado de la vida”. Todo esto se agrava además con los problemas económicos “como la falta de fuentes de trabajo y la subida del costo de vida, que perjudican de manera directa a los más pobres y marginados”, a lo que se une las consecuencias a causa de los desastres naturales.
Después de analizar la situación actual del país los Obispos ofrecen algunas orientaciones sobre el actual proyecto de CPE y sobre algunos principios que no quedan suficientemente claros en el proyecto. Entre estos destacan la afirmación de la dignidad humana como fuente de derechos y deberes; el derecho a la Vida pues si bien lo reconoce como fundamento de todos los demás no precisa con claridad que este derecho existe desde la concepción hasta la muerte natural y además “al reconocer los derechos sexuales y reproductivos abre la posibilidad de que se legalice el aborto”. Por otro lado “la ambigüedad de los derechos llamados sexuales y reproductivos pone en peligro la integridad de la familia en su función procreativa y debilita el derecho y la misión educativa de los padres para con sus hijos”. Respecto a la educación y enseñanza religiosa consideran los Obispos que el proyecto la presenta “como un instrumento de propaganda y formación ideológica de exclusividad del Estado, en lugar de ser concebida como un derecho fundamental de la persona y un bien de la sociedad”.
Concluyen los Obispos el Documento invitando a todos a deponer visiones parciales y actitudes egoístas; a construir un clima de apertura, renunciando a actitudes egoístas, visiones parciales y dejando de lado rechazos, insultos y descalificaciones; a abrir un espacio de diálogo, basado en la racionalidad, respeto mutuo y sinceridad, que no sea de mera conveniencia circunstancial, sino la oportunidad de lograr acuerdos efectivos; a hacer posible un pacto social, un decidido esfuerzo para alcanzar una convivencia pacífica, solidaria y justa, en el marco de la verdadera democracia, inspirada en los valores de respeto, armonía en la pluralidad, reciprocidad, colaboración, libertad personal y económica, solidaridad y subsidiariedad; a restablecer la legalidad, en el actuar político y social y en todos los ámbitos de la convivencia civil, promoviendo la cultura de la legalidad y fortaleciendo un aparato estatal democrático, al servicio del bien común. (RG) (Agencia Fides 14/3/2008 Líneas: 59 Palabras: 817)


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