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Roma (Agencia Fides) - Este año la XI Jornada Internacional para los Derechos de las Personas Discapacitadas, convocada por la ONU, coincide con la clausura del Año Europeo de las personas discapacitadas.
¡Desgraciadamente, sin embargo aunque se apagan las luces de la información mediática que ha producido una adecuada y justificada implicación, muchos problemas persisten! Es cierto que no se puede pretender que las celebraciones tuvieron poder taumatúrgico, casi milagroso, que hiciera superar completa y definitivamente los prejuicios que todavía hoy impiden a los disminuidos una concreta y plena integración social, económica y laboral.
Naturalmente eventos de estas características sirven para acrecentar en la opinión pública el conocimiento y la conciencia civil de la necesidad, concreta y definitiva de la globalización de la diversas: la diversidad entendida como elemento agregante y como factor imprescindible para restituir a los discapacitados las mismas dignidad.
La esperanza de todos, fuerzas políticas, económicas, sociales y culturales es que los intentos y los objetivos prefijados por la Unión Europea para el 2003, como son sensibilizar al derecho de los disminuidos de ser tutelados de la discriminación, animar a la reflexión y a la discusión sobre las medidas necesarias para promover la igualdad de oportunidades, promover el intercambio de experiencias en materia de praxis adecuadas y mejorar la comunicación concerniente a la disminución, constituyen un buen punto de partida para construir un nuevo estado social sin luchas ni tensiones en el que las instancias de todos puedan encontrar plena acogida.
La Iglesia dirige en el mundo 14.537 centros para ancianos, inválidos y discapacitados ( de los cuales 8.125 están en Europa).
Recordamos a este respecto las bellas palabras que dirigió el Santo Padre a los disminuidos con ocasión del Gran Jubileo del Año 2000: “Todo hombre y toda mujer discapacitada, en cualquier parte del mundo, tiene derecho a una vida digna”. Además el Papa también en aquella ocasión, evidencio que “entre los derechos que deben garantizarse no se debe olvidar el derecho al estudio, trabajo, casa, a la destrucción de las barreras y no solo las arquitectónicas”.
(AP) (Agencia Fides 3/12/2003 Líneas: 36 palabras: 383)
