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Manila (Agencia Fides) - En medio de la “crisis de la verdad y del cáncer invasivo de la corrupción”, los Obispos filipinos se sienten en el deber de intervenir y ofrecer una contribución por “la búsqueda de la verdad y el restablecimiento de la integridad moral” de los individuos y de las naciones. Son estos los principales puntos desarrollados en el comunicado emanado de la Conferencia Episcopal de las Filipinas, firmado por su Presidente, S. E. Mons. Ángel Lagdameo, al concluir una Asamblea del Consejo Episcopal reunido en los días pasados.
“Los valores morales -observan los Obispos- necesitan de una introspección moral y espiritual”, invitando a políticos y ciudadanos a reconsiderar la propia conducta personal y declarándose favorables a las investigaciones y controles respecto de los casos de corrupción que en estos días ocupan la escena política del país.
El texto de los Obispos condena en particular “la continua cultura de la corrupción, desde el vértice a la base de la sociedad y de la política”; pide al Presidente y a todo el gobierno “dar un vuelco en la lucha contra la corrupción, donde quiera sea descubierta”; recomienda también la abolición de la Ordenanza 464 que impide a los funcionarios públicos testimoniar en las audiencias y procesos sin la aprobación del despacho del Presidente de la República. Los Obispos piden a la Presidenta Gloria Arroyo ordenar a sus subalternos denunciar todos los actos de corrupción de los que hayan sido testigos, independientemente de quiénes puedan estar involucrados. Por otra parte invitan a los políticos, senadores, funcionarios y órganos de competencia a poner en funcionamiento las necesarias investigaciones no por venganza política o por intereses personales, sino con el corazón puesto en el bien común.
También los mass-media -destacan los Obispos- tienen un rol preciso e importante en la búsqueda y difusión de la verdad, actuando según criterios de objetividad y neutralidad.
En este proceso de reconstrucción de la conciencia nacional, los Obispos invitan a la comunidad católica a formar parte de la iniciativa de los así llamados “círculos de discernimiento”, que deben ponerse en funcionamiento desde la base, comenzando por las parroquias, asociaciones eclesiales, escuelas, movimientos, centros sociales, seminarios y universidades.
“A través de la conversión del corazón a Cristo, a través de un discernimiento común, con la oración y con la acción, las raíces de la corrupción pueden ser descubiertas y extirpadas”, observa el comunicado. La Conferencia Episcopal afirma estar convencida de que, de esa manera, podrá reflorecer en la nación el espíritu del “People Power” que en pasado ha dado buenos frutos en la historia de las Filipinas. Con una diferencia: “Desde la base surgirá la cultura de la verdad y de la integridad que todos deseamos profundamente buscar y construir”.
La delicada situación que el país está atravesando ha sido también objeto de un “encuentro de emergencia” convocado ayer por los Obispos en el que se ha procurado desmenuzar la cuestión de la corrupción, considerando las modalidades y estrategias para poder afrontarla y destruirla (ver Fides 26/2/2007). (PA) (Agencia Fides 27/2/2008; líneas 39, palabras 512)
