ASIA/TIMOR ORIENTAL - Se prorroga el estado de emergencia: el país sigue en la inestabilidad, mientras que la gente desea la paz

lunes, 25 febrero 2008

Dili (Agencia Fides) - El “estado de emergencia” ha sido prorrogado por treinta días más en Timor Oriental. El Parlamento votó la medida extraordinaria después del atentado del 11 de febrero, en el que quedo gravemente herido el presidente Jose Ramos-Horta.
El pequeño país del sudeste asiático, mayoritariamente católico y la nación más joven del continente, nuevamente está pasando por una grave fase de inestabilidad que corre el riesgo de convertirse en una verdadera “guerra civil”. Una fracción del ejército, que en el 2006 se separó del resto de las autoridades militares, atacó al Primer Ministro y al Presidente, atentando contra la unidad nacional, con intenciones de dar un “golpe” de estado. Si bien la operación militar falló y en el país han desembarcado nuevas tropas de Australia y Nueva Zelanda para garantizar el orden, el nuevo brote de violencia corre el riesgo de abrir nuevamente heridas que nunca lograron sanarse en el tejido social del país. Además, la situación de sufrimiento social y económico, que ha caracterizado la vida civil del país en los últimos años, continúa a agudizarse en la población.
La nueva ola de violencia y tensión explotó el 11 de febrero pasado cuando el Presidente de Timor Oriental fue alcanzado por tres disparos delante de su casa en Dili. El ataque simultaneo de los rebeldes a un cortejó de automóviles en el que se encontraba el primer ministro Xanana Gusmao falló. El presidente Ramos-Horta, herido en el pulmón derecho, en la espalda y en el estómago, fue internado de emergencia en una clínica australiana y después de diez días salió del coma.
Después del ataque, Gusmao proclamó el Estado de Emergencia por 48 horas, prorrogado originalmente hasta el 23 de febrero y ahora extendido por otros treinta días. Mientras tanto tropas australianas continúan llegando a Dili para reforzar la obra de peacekeeper internacional y la del contingente de policía de las Naciones Unidas, que cuenta con 1600 hombres y tiene el encargo de hacer respetar el estado de emergencia. En Dili siguen prohibidas las reuniones y cualquier tipo de protesta, además de que está prohibido salir en las noches.
En el frente rebelde, su líder, Alfredo Reinado, murió asesinado por los guardaespaldas de Ramos-Horta durante el ataque. Reinado había liderado una revuelta contra el gobierno y había sido acusado de homicidio después de los violentos episodios del 2006. En el mismo año huyó de presión con otros 50 detenidos poniendo en grave riesgo las fuerzas de seguridad.
Testimonios recogidos por la Iglesia local manifiestan el deseo de la población, cansada de los conflictos y las divisiones, de alcanzar la paz y la unidad. Un laico católico afirma: “Muchos factores son los que nos unen. El 95% de la población de este país es de religión católica. Y sin embargo continuamos a combatir entre nosotros, aún hay mucho odio. La gente no entiende el porqué de la violencia y el significado de la independencia, por la que hemos tenido que combatir tan duramente. Es necesario que trabajemos juntos para poder hacer crecer nuestro país, en lugar de provocar más violencia”.
La ex colonia portuguesa, que cuenta con casi un millón de habitante, alcanzó su plena independencia en el 2002 después de unas violentas elecciones esponsorizadas por la ONU logrando así poner fin a casi 20 años de ocupación indonesia.
(PA) (Agencia Fides 25/2/2008 líneas 40 palabras 572)


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