VATICANO - Benedicto XVI: "Si las nubes se adensan en el horizonte de la vida religiosa, también surgen y están en constante aumento las señales de un despertar providencial que suscita motivos de esperanza”

miércoles, 20 febrero 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Todos advertimos que en la sociedad moderna globalizada cada vez es más difícil anunciar y testimoniar el Evangelio. Si esto es válido para todos los bautizados, con mayor razón es válido para las personas que Jesús llama a su seguimiento de manera más radical a través de la consagración religiosa. El proceso de secularización que avanza en la cultura contemporánea no ahorra, desgraciadamente, ni siquiera a las comunidades religiosas" Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI se ha dirigido a los miembros del Consejo para las Relaciones entre la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica y las Uniones Internacionales de los Superiores y Superiora Generales (USG y UISG) el 18 de febrero. En el curso de la reunión se han afrontado varios aspectos de la vida consagrada, destacando elementos positivos y dificultades, expectativas y desafíos que las Familias religiosas encuentran hoy en su testimonio.
Frente a las dificultades que atraviesa la vida religiosa, " no hay sin embargo que descorazonarse - ha exhortado al Papa -, porque, cómo habéis recordado, si las nubes se adensan en el horizonte de la vida religiosa, también surgen y están en constante aumento las señales de un despertar providencial que suscita motivos de esperanza. El Espíritu Santo sopla con fuerza en la Iglesia suscitando una fidelidad nueva en los institutos históricos, junto a formas nuevas de consagración religiosa en consonancia con las exigencias del tiempo”.
Los elementos que caracterizan estas nuevas experiencias de Vida Consagrada, ha subrayado el Papa, “es el deseo común de pobreza evangélica practicada radicalmente, de amor fiel a la Iglesia, de dedicación generosa al prójimo, sobre todo a esas pobrezas espirituales típicas de la época contemporánea”.
En particular el Santo Padre ha observado que "tienen riqueza de vocaciones aquellos institutos que han conservado y han escogido un tenor de vida con frecuencia muy austero y fiel al Evangelio vivido «sine glossa». Pienso en tantas comunidades de fieles y en las nuevas experiencias de vida consagrada que vosotros conocéis muy bien; pienso en el trabajo misionero de muchos grupos y movimientos eclesiales, de los que surgen muchas vocaciones sacerdotales y religiosas; pienso en las muchachas y en los jóvenes que lo dejan todo para entrar en monasterios y conventos de clausura". Benedicto XVI ha invitado a continuación a agradecer al Señor para que también hoy "continúe mandando obreros a su viña y enriqueciendo a su pueblo con muchas y santas vocaciones" y a pedirle para que al entusiasmo de las decisiones iniciales de muchos jóvenes " le siga el compromiso de la perseverancia en un auténtico camino de perfección ascética y espiritual, un camino de verdadera santidad”.
Centrándose luego en los Órdenes y Congregaciones con una larga tradición en la Iglesia, el Papa ha revelado que en las últimas décadas “en casi todas --tanto las masculinas como las femeninas-- se ha dado una difícil crisis debida al envejecimiento de sus miembros y a una disminución, más o menos acentuada de las vocaciones, y a veces incluso a un "cansancio" espiritual y carismático”. Junto a las situaciones difíciles, se registran en todo caso también signos de recuperación positiva "sobre todo cuando las comunidades deciden volver a sus orígenes para vivir más de acuerdo con el espíritu del fundador… Redescubrir el espíritu de los orígenes, profundizar en el conocimiento del fundador y de la fundadora, ha ayudado a imprimir a los institutos un nuevo y prometedor impulso ascético, apostólico y misionero… Es necesario seguir caminando por este camino, rezando al Señor para que lleve a pleno cumplimiento la obra que Él comenzó”.
El Papa ha concluido con esta exhortación: "También los institutos de vida consagrada, si quieren mantener o volver a encontrar su vitalidad y eficacia apostólica, tienen que «volver a comenzar desde Cristo»¸ continuamente. Él es la roca firme sobre la que tenéis que construir vuestras comunidades y cada uno de vuestros proyectos de renovación comunitaria y apostólica”. (S.L) (Agencia Fides 20/2/2008; Líneas: 51 Palabras: 694)


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