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Quito (Agencia Fides) - El volcán Tungurahua, enclavado en el centro de Ecuador, volvió a entrar en erupción el miércoles 6 de febrero generando columnas de ceniza hasta de 10 kilómetros de altura, lanzando rocas incandescentes, con fuertes explosiones y flujos ardientes que bajaban por sus laderas, por lo que las autoridades decidieron evacuar a unas 3 mil personas de siete poblaciones pequeñas radicadas en el flanco occidental del volcán, en prevención de un posible aumento de la actividad. Tras unas horas de reposo volvió a reanudar ayer jueves una fuerte actividad, con frecuentes exhalaciones de gas y ceniza. La actividad del Tungurahua -uno de los ocho volcanes que se consideran activos en Ecuador- registró un incremento desde finales del 2007, pero a lo largo de los últimos días se ha producido una intensificación.
Se ha puesto en marcha un plan de emergencia y evacuación y se han preparado varios albergues para acoger a los desplazados. Según ha afirmado el presidente Rafael Correa la emergencia en esa zona se extenderá por 60 días y se han tomado todas las precauciones posibles. Sin embargo, los habitantes afectados, mayoritariamente pobres, han aprendido a convivir con los bramidos y sacudones del volcán y muchos de ellos se resisten a abandonar sus tierras, a pesar de las inmensas pérdidas que han sufrido desde que el Tungurahua despertó de su letargo en 1999. En los albergues además se presentan muchos problemas debido al intenso frío y a la falta de infraestructura, alimentos y medicinas.
Tan pronto se conoció la información sobre la reactivación del proceso eruptivo del volcán Tungurahua y de la declaratoria de alerta roja en varias comunidades cercanas, la Iglesia Católica ecuatoriana movilizó su contingente de ayuda solidaria para atender a las personas afectadas según ha explicado el Secretario Ejecutivo encargado de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, Edgar Rivadeneira. La ayuda inmediata consiste en raciones alimenticias que se han enviado a Penipe y a Cotaló, entre otras localidades afectadas. La Pastoral Social espera entregar alimentos a unas dos mil personas, durante al menos diez días. Paralelamente a esta acción social inmediata, la Pastoral Social está realizando un estudio sobre la situación en las áreas afectadas por el proceso eruptivo con la finalidad de solicitar la cooperación de organizaciones fraternas, sobre todo en Europa, y a través de Cáritas Internacional. (RG) (Agencia Fides 8/2/2008 Líneas: 30 Palabras: 403)
