VATICANO - El Papa pide a los religiosos y religiosas que testimonien "lo importante que es poner en el centro de todo la Palabra de Dios, de modo especial para aquellos a los que el Señor llama a su seguimiento”

lunes, 4 febrero 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La próxima sesión ordinaria del Sínodo de los Obispos estará dedicada a la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia: os pido, queridos hermanos y hermanas, que ofrezcáis vuestra contribución a este empeño eclesial, testimoniando lo importante que es poner en el centro de todo la Palabra de Dios, de modo especial para quienes, como vosotros, Dios llama a un seguimiento más íntimo. La Vida consagrada, en efecto, está enraizada en el Evangelio; en el, como su regla suprema, se ha inspirando a lo largo de los siglos y está llamada a volver constantemente al mismo para mantenerse viva y fecunda dando frutos para la salvación de las almas." Es la recomendación hecha por el Santo Padre Benedicto XVI a los religiosos y religiosas reunidos en la Basílica Vaticana la tarde del sábado 2 de febrero, para celebrar la XII Jornada de la Vida consagrada. Antes de que el Santo Padre bajara a la Basílica Vaticana, el Card. Franc Rodé, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, presidió la Celebración Eucarística.
En su discurso el Santo Padre ha recordado como "en los inicios de las diversas expresiones de Vida consagradas hay siempre una fuerte inspiración evangélica", y ha citado la experiencia de San Antonio Abad y de San Francisco de Asís. "El Espíritu Santo - ha continuado el Papa - atrae a algunas personas a vivir el Evangelio de modo radical y a traducirlo en un estilo de seguimiento más generoso. Nace así una obra, una familia religiosa que, con su misma presencia, se convierte a su vez en 'exégesis' viviente de la Palabra de Dios. La sucesión de los carismas de la Vida consagrada, dice el Concilio Vaticano II, puede ser pues leída como una extensión de Cristo en los siglos como un Evangelio vivo que se actualiza siempre en nuevas formas".
A lo largo de los siglos "la norma última y suprema de la vida religiosa" ha sido "seguir a Cristo sin compromisos, como se propone en el Evangelio" ha afirmado el Santo Padre, quien a este propósito ha citado a San Benito, Santo Domingo, Santa Clara de Asís, San Vicente Pallotti, San Luigi Orione. La misión de la vida consagrada por lo tanto "es recordar que todos los cristianos son convocados por la Palabra para vivir de la Palabra y estar bajo su señorío". El Papa ha exhortado a los religiosos y religiosas: "alimentad vuestra jornada de oración, de meditación y de escucha de la Palabra de Dios. Vosotros, que tenéis familiaridad con la antigua práctica de la lectio divina, ayudad los fieles a valorizarla en su cotidiana existencia. Y aprended a traducir en testimonio lo que dice la Palabra, dejándoos plasmar por la misma que, como semilla acogida en tierra buena, de frutos abundantes. De este modo, seréis siempre dóciles al Espíritu y creceréis en la unión con Dios, cultivaréis la comunión fraterna entre vosotros y estaréis preparados para servir generosamente a los hermanos, sobre todo a los necesitados". (S.L) (Agencia Fides 4/2/2008, Líneas: 36 Palabras: 550)


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