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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Han sido varias las intenciones de oración propuestas por el San Padre Benedicto XVI durante el ángelus del domingo 3 de febrero. Ante todo recordando el Día de la Vida Consagrada, celebrada el 2 de febrero en la fiesta litúrgica de la Presentación del Señor en el templo, el Papa ha expresado su gratitud "a estos nuestros hermanos y hermanas, que se dedican al total servicio de Dios y la Iglesia con los votos de pobreza, castidad y obediencia", pidiendo por intercesión de la Virgen Santa "muchas y santas vocaciones a la vida consagrada, que constituye una riqueza inestimable para la Iglesia y para el mundo".
A continuación, con ocasión de la Jornada por la vida, que se celebra en Italia en el primer domingo de febrero, el Santo Padre ha recordado: "Que todos según sus propias posibilidades, profesionalidad y competencias, se sientan movidos a amar y servir a la vida, desde su inicio hasta su natural ocaso. Es en efecto misión de todos acoger la vida humana como un don que debe respetarse, tutelarse y promover, aún más cuando es frágil y necesitada de atenciones y cuidados, sea antes del nacimiento que en su fase terminal. Me uno a los Obispos italianos para animar a quienes, con fatiga pero con alegría, sin clamores y con gran dedicación, asisten a familiares ancianos o minusválidos, y a los que consagran regularmente parte de su tiempo para ayudar a personas de todas las edades que sufren tantas formas de pobreza".
Antes de rezar el ángelus Benedicto XVI ha recordado que con el rito de la ceniza, el miércoles 6 de febrero, comienza la Cuaresma, deseando que "sea un tiempo de auténtica conversión para todos los cristianos, llamados a un cada vez más auténtico y valiente testimonio de su fe". El Papa ha confiado todas las intenciones de oración a la Virgen, y ha recordado que "desde ayer hasta el día 11 de febrero, memoria de la Beata Virgen de Lourdes y 150° aniversario de las Apariciones, es posible recibir la indulgencia plenaria, aplicable a los difuntos, en las usuales condiciones - Confesión, Comunión y oración según las intenciones del Papa - y estando un rato en oración ante una imagen bendita de la Virgen de Lourdes expuesta a la pública veneración".
Después de la oración mariana el Papa ha invitado a rezar por la difícil situación que están atravesando Kenia, Irak y Colombia, con estas palabras: "Os invito a uniros a los hermanos y hermanas de Kenia - algunos de los cuales están aquí presentes en la Plaza de San Pedro - en la oración por la reconciliación, la justicia y la paz en su País. Asegurando a todos mi cercanía, deseo que los esfuerzos de mediación actualmente en acto puedan tener éxito y conducir, gracias a la buena voluntad y a la colaboración de todos, a una rápida solución del conflicto, que ha provocado ya demasiadas víctimas. La maldad, con su carga de dolor, parece no conocer límites en Irak, como nos dicen las tristes noticias de estos días. Elevo de nuevo mi voz en favor de aquella población duramente probada y pido a Dios la paz por ella”.
Hablando en lengua española, el Santo Padre ha invitado a pedir por Colombia, " donde, desde hace tiempo, muchos hijos e hijas de ese amado País padecen la extorsión, el secuestro y la pérdida violenta de sus seres queridos. Pido al Señor que se acabe definitivamente con ese sufrimiento inhumano y se encuentren caminos de reconciliación, respeto mutuo y concordia sincera, restaurándose así la fraternidad y la solidaridad, que son las bases sólidas para lograr el justo progreso y construir una paz estable”.
Con ocasión de la fiesta del nuevo año lunar, que se celebrará en muchos Países asiáticos en los próximos días, el Santo Padre ha deseado a todas las familias "todo bien y prosperidad", deseando que "sepan conservar y valorar estas bellas y fructuosas tradiciones de vida familiar, para el bien de sus respectivas Naciones y de aquellos Países en los que viven en la actualidad". Por último, dado que en la Diócesis de Roma comenzaba la "Semana diocesana de la vida y la familia", el Papa ha animado a todos los padres "a redescubrir la grandeza y la belleza de la misión educativa": "Haced que vuestros hijos experimenten, desde la más tierna edad, esa cercanía que testimonia el amor, entregaos a vosotros mismos, para que a su vez se abran a los otros y al mundo con serenidad y generosidad. ¡Que el alma de la educación sea siempre la confianza en Dios, que 'da esperanza a nuestro futuro'!". (S.L) (Agencia Fides 4/2/2008; Líneas: 53 Palabras: 814)
