VATICANO - El Papa en el ángelus: "El reino de Dios es la vida que se afirma sobre la muerte, la luz de la verdad que dispersa las tinieblas de la ignorancia y de la mentira"

lunes, 28 enero 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El inicio de la misión pública de Cristo, narrado por el evangelista Mateo en la liturgia de la Palabra del III domingo del tiempo Ordinario, está marcado por la predicación del Reino de Dios y la curación de los enfermos, "demostrando que este Reino está cerca, más bien, que ya está entre nosotros". Con esta palabras introdujo el Santo Padre Benedicto XVI la oración del ángelus hablando desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano, el domingo 27 de enero. El profeta Isaías había anunciado que el pueblo que habitaba la Galilea, vería una gran luz, la luz de Cristo y de su Evangelio. El Papa ha explicado a continuación que "el término 'evangelio', era utilizado en tiempos de Jesús, por los emperadores romanos para hacer sus proclamas. Independientemente del contenido, eran definidos como ‘buenas nuevas’, es decir, anuncios de salvación, pues el emperador era considerado como el señor del mundo y cada uno de sus edictos era portador de bien. Aplicar esta palabra a la predicación de Jesús tuvo, por tanto, un sentido fuertemente crítico, era como decir: Dios, y no el emperador, es el Señor del mundo y el verdadero evangelio es el de Cristo”.
Comentando el sentido de la expresión "El reino de Dios - o reino de los cielos - está cerca" (Mt 4,17; Mc 1,15), Benedicto XVI ha subrayado que esto "no indica ciertamente un reino terreno, delimitado en el espacio y en el tiempo, sino que anuncia que Dios reina, que Dios es el Señor y que su señorío está presente, es actual, se está realizando. La novedad del mensaje de Cristo es por tanto que Dios se ha hecho cercano en Él, que ya reina entre nosotros, como lo demuestran los milagros y las curaciones que realiza". El Santo Padre ha continuado: "El señorío de Dios se manifiesta pues en la curación integral del hombre. Con ello Jesús quiere revelar el rostro del verdadero Dios, el Dios cercano, lleno de misericordia por cada ser humano; el Dios que nos dona la vida en abundancia, su misma vida. El reino de Dios es, por tanto, la vida que vence a la muerte, la luz de la vedad que disipa las tinieblas de la ignorancia y de la mentira". Por último, el Pontífice ha invitado a pedir a Maria Santísima, "para que obtenga siempre para la Iglesia la misma pasión por el Reino de Dios que animó la misión de Jesucristo: pasión por Dios, por su señorío de amor y vida; pasión por el hombre, con el que se encuentra verdaderamente con el deseo de entregarle el tesoro más precioso: el amor de Dios, su Creador y Padre”.
Después de la oración mariana, Benedicto XVI ha saludado de modo particular a los niños y jóvenes de la Acción Católica de Roma, presentes en la plaza de San Pedro, como cada año, al final del "Mes de la Paz”. "Dos de ellos - ha dicho el Papa - están aquí cerca de mí, me han presentado un mensaje y a continuación me ayudarán a lanzar al vuelo dos palomas, símbolo de paz. Queridos pequeños amigos, se que trabajáis por vuestros coetáneos que sufren a causa de la guerra y la pobreza. Continuad en el camino que Jesús nos ha indicado para construir la verdadera paz". A continuación el Santo Padre ha recordado la celebración de la Jornada mundial de los enfermos de lepra, iniciada hace 55 años por Raoul Follereau: "A todas las personas que sufren por esta enfermedad dirijo mi afectuoso saludo asegurando una oración especial, que extiendo a todos los que de un modo u otro, trabajan a su lado, en particular a los voluntarios de la asociación Amigos de Raoul Follereau". (S.L) (Agencia Fides 28/1/2008; Líneas: 41 Palabras: 662)


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