VATICANO - El Papa invita en el ángelus a pedir por todos los cristianos, "para que puedan comprender cada vez más el don del Bautismo y se comprometan a vivirlo con coherencia, testimoniando el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" y recuerda la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado

lunes, 14 enero 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Toda la misión de Cristo se resume en esto: bautizarnos en el Espíritu Santo, para liberarnos de la esclavitud de la muerte y 'abrirnos el cielo', esto es, el acceso a la vida verdadera y plena, que será “sumergirse siempre de nuevo en la inmensidad del ser, a la vez que estamos desbordados simplemente por la alegría” (Spe salvi, 12). Lo ha recordado el Santo Padre Benedicto XVI antes de recitar la oración mariana del ángelus el domingo 13 de enero, fiesta del Bautismo de Jesús, con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro. Al término de la Santa Misa celebrada en la Capilla Sixtina con la administración del sacramento del Bautismo a un grupo de niños y niñas, el Papa se ha asomado a la ventana de su estudio, y en su discurso ha recordado el pasaje evangélico del Bautismo de Jesús: “Fue al mismo tiempo una cristofanía y una teofanía: ante todo Jesús se manifestó como el Cristo, término griego para traducir el hebreo Mesías, que significa 'ungido': Él no fue ungido con aceite como se hacia con los reyes y sumos sacerdotes de Israel, sino con el Espíritu Santo. Al tiempo mismo, junto con el Hijo de Dios aparecieron los signos del Espíritu Santo y del Padre celeste."
Centrándose en particular en el sentido del bautismo al que se sometió Jesús, el Santo Padre ha explicado: "Haciéndose bautizar por Juan junto con los pecadores, Jesús comenzó a tomar sobre si el peso de la culpa de toda la humanidad como Cordero de Dios que 'quita’ el pecado del mundo. Misión que Él llevó a cumplimiento en la cruz, cuando recibió también su 'bautismo'. Muriendo se hundió en el amor del Padre e infundió el Espíritu Santo, para que los creyentes en Él pudieran renacer de aquella fuente inagotable de vida nueva y eterna". Por último, ha exhortado a pedir por todos los cristianos, "para que puedan comprender cada vez más el don del Bautismo y se comprometan a vivirlo con coherencia, testimoniando el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo."
Después del ángelus Benedicto XVI ha recordado la Jornada Mundial de del Emigrante y el Refugiado, que se celebraba ese domingo, sobre el tema de la atención hacia los jóvenes emigrantes: "Son muchos en efecto los jóvenes que por diversos motivos se ven empujados a vivir lejos de sus familias y de sus Países - ha dicho el Papa -. Se encuentran en situación de riesgo particular las chicas y los menores. Algunos niños y adolescentes han nacido y crecidos en 'campos de refugiados: ¡también ellos tienen derecho a un futuro! Expreso mi aprecio hacia todos los que trabajan a favor de los jóvenes emigrantes, de sus familias y por su integración laboral y escolástica; invito a las comunidades eclesiales a acoger con simpatía a jóvenes y niños con sus padres, buscando comprender sus historias y favorecer su inserción. Queridos jóvenes emigrantes, trabajad por construir junto a vuestros coetáneos una sociedad más justa y fraterna, cumpliendo vuestros deberes, respetando las leyes y no dejándoos nunca arrastrar por la violencia. Confío a todos a Maria, Madre de toda la humanidad." (S.L) (Agencia Fides 14/1/2008; Líneas: 39 Palabras: 581)


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