VATICANO - Emergencia educativa, apoyo a la familia fundada en el matrimonio, aumento de la pobreza, penalización de las estructuras sanitarias católicas: las prioridades indicadas por Benedicto XVI a los Administradores de la Región Lazio, del Ayuntamiento y de la Provincia de Roma

viernes, 11 enero 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Cambian los tiempos y las situaciones, pero no se debilitan y no se reducen el amor y la solicitud del Papa por todos los que viven en estas tierras, tan profundamente marcadas por la gran y viviente herencia del cristianismo". Animado por tales sentimientos, el Santo Padre Benedcito XVI se ha dirigido a los Administradores de la Región Lacio, del Ayuntamiento y de la Provincia de Roma, recibidos en audiencia el 10 de enero por las felicidades al principio del nuevo año, evidenciando con decisión algunas situaciones definidas "de emergencia" que requieren la atención de los Administradores públicos.
Teniendo en consideración la centralidad de la persona humana y la situación actual, Benedicto XVI ha recordado ante todo que nos encontramos ante una verdadera y gran "emergencia educativa", como ya subrayó hablando al Congreso de la Diócesis de Roma en junio de 2007. "Cada vez parece más difícil proponer de manera convincente a las nuevas generaciones sólidas certezas y criterios sobre los que pueden construir su propia vida. Lo saben muy bien tanto los padres como los maestros, que en parte por este motivo con frecuencia siente la tentación de abdicar de sus propias tareas educativas. A ellos mismos, en el actual contexto social y cultural impregnado por el relativismo y también por el nihilismo, les cuesta encontrar puntos seguros de referencia, que les puedan apoyar y guiar en la misión de educadores así como en toda su conducta de vida”.
La emergencia de la formación de las personas tiene graves consecuencias en las bases de la convivencia y en el futuro de la sociedad. El Papa ha recordado que la Diócesis de Roma está dedicando a esta difícil misión una atención de realmente peculiar", y ha animado por ello, a las instituciones civiles, cada uno según sus propias competencias, a multiplicar los esfuerzos "para afrontar a todos los niveles la actual emergencia educativa". A este propósito el Papa ha citado la importancia prioritaria del respeto y el apoyo "por la familia fundada en el matrimonio", cuando continúan "insistentes y amenazadores los ataques y las incomprensiones respecto a esta fundamental realidad humana y social". Las Administraciones públicas están llamadas por lo tanto a ofrecer a las familias "un sostén convencido y concreto, con la certeza de trabajar así por el bien común."
El Papa ha indicado con firmeza otras tres situaciones de emergencia e injusticia social. Ante todo el aumento de la pobreza, que hace "difíciles las condiciones de vida de muchas personas y familias", cuyas causas deben ser localizadas según el Pontífice en el aumento del coste de vida y de los precios de la vivienda, en la falta de trabajo, en sueldos y jubilaciones a menudo inadecuadas. Luego está el problema de la seguridad y el grave deterioro de algunas áreas de Roma": es necesario un trabajo constante y concreto "que tenga la dúplice e inseparable finalidad de garantizar la seguridad de los ciudadanos y de asegurar a todos, en particular a los inmigrantes, al menos el mínimo indispensable para una vida honesta y digna" ha afirmado el Papa.
La tercera emergencia concierne a la situación de las estructuras sanitarias católicas: algunas de estas, "aun siendo muy prestigiosas y de reconocida excelencia nacional", no raramente se encuentran en una situación que el Papa ha definido como "dramática". Benedicto XVI ha pedido por ello que "en la distribución de los recursos no sean penalizadas, no por un interés de la Iglesia, sino para no comprometer un servicio indispensable a nuestras poblaciones". (S.L) (Agencia Fides 11/1/2008; Líneas: 44 Palabras: 630)


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