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Seúl (Agencia Fides)- Se detienen sobre el tema de la Luz que viene a iluminar el mundo y sobre el amor hacia los últimos los mensajes de los Obispos coreanos en vistas de la Navidad de 2007. Allá donde Jesucristo se hace presente es un mundo lacerado por los conflictos, atontado por el consumismo y por la indiferencia, desorientado por la falta de un sentido y de punto de referencia moral. Él viene a dar una nueva esperanza a la humanidad, viene a traer alegría y paz, especialmente a los más pobres y a los emarginados.
El Card. Nicholas Cheong, Arzobispo de Seúl, ha escrito en su mensaje: “Celebrando esta Navidad de alegría, espero que antipatías, conflicto, odio y discordias puedan terminar, para dejar espacio al perdón y a la misericordia en todos nosotros y en el mundo entero. La más grande tragedia de nuestro tiempo es que hemos perdido el amor autentico. Si nos amamos a nosotros mismos y buscamos de evitar el sacrificio y el sufrimiento, es un amor falso”.
En el mensaje difundido por Mons. John Choi Young-soo, Arzobispo de Daugu, se lee: “La Navidad es un día de bendición en el cual el Amor divino y el Reino de Dios se revelan al mundo. Estamos llamados a compartir la alegría y a practicar el amor hacia los emarginados y los abandonados. Si compartimos lo que nos ha sido donado, nuestro amor no disminuye sino que se multiplica”.
La Navidad es un momento de esperanza para una vida nueva, a nivel personal, de comunidad y de sociedad, subraya el texto de Mons. Andreas Choi Chang-mou, Arzobispo de Kwangju, que afirma: “la Navidad es un tiempo de reflexión sobre los días pasados, para mirar aquellos que vendrán, junto con la alegría de dar la bienvenida a una gran luz. Recuerda siempre el amor de Dios que desea donarnos la vida eterna a través de su hijo Jesucristo”. (PA) (Agencia Fides 21/12/2007 líneas 23 palabras 338)
