VATICANO - "El testimonio de san Paulino de Nola nos ayuda a experimentar la Iglesia tal y como la presenta el Concilio Vaticano II: sacramento de la íntima unión con Dios y de este modo de la unidad de todos nosotros y por último de todo el género humano": la catequesis del Papa Benedicto XVI en la audiencia general

jueves, 13 diciembre 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - San Paulino de Nola, contemporáneo de San Agustín, al que a quien estaba unido por una profunda amistad, era originario del sur de Francia, Burdeos, dónde nació de familia de alta arcunia. Ejerció su ministerio en Campania, en Nola, dónde fue monje, luego presbítero y Obispo. Continuando sus catequesis sobre los Padres Apostólicos, el Papa Benedicto XVI ha dedicado su discurso durante la audiencia general del miércoles 12 de diciembre al Santo Obispo de Nola. Paulino en un primer momento abrazó la carrera política, y todavía joven se convierte en gobernador de Campania. Recibe el estímulo a la conversión en este período, observando la fe sencilla e intensa con que el pueblo honraba la tumba del Santo mártir Félix, en el Santuario del actual Cimitile. " Como responsable público, Paulino se preocupó por este santuario - ha recordado el Papa durante su catequesis - e hizo construir un hospicio para los pobres y un camino para hacer más fácil el acceso de los numerosos peregrinos. Mientras se dedicaba a construir la ciudad terrena descubría el camino hacia la ciudad celestial. El encuentro con Cristo fue el punto de llegada después de un camino arduo, sembrado de pruebas”.
En Milán frecuentó la escuela de Ambrosio, después completó la formación cristiana en su tierra nativa, donde recibió el bautismo de manos del Obispo de Burdeos, Delfín. Se casó con Terasia, piadosa noble de Barcelona, de la que tuvo un hijo que murió después de pocos días. Sacudido por esta tragedia, se sintió llamado a abrazar una rigurosa vida ascética y, de acuerdo con su mujer, vendidos todos sus bienes a favor de los pobres se trasladó a Nola, estableciéndose junto a la Basílica de San Félix, "viviendo ya en casta fraternidad, según una forma de vida a la que otros se unieron. El ritmo era típicamente monástico, pero Paulino, que fue ordenado presbítero en Barcelona, comenzó a ejercer también el ministerio sacerdotal con los peregrinos. Esto le atrajo la simpatía y la confianza de la comunidad cristiana que, al morir el obispo, hacia el año 409, le eligió como sucesor en la cátedra de Nola”.
El Papa Benedicto XVI ha subrayado que "su acción pastoral se intensificó, caracterizándose por una atención particular hacia los pobres. Dejó la imagen de un auténtico Pastor de la caridad…". A su maestro Ausonio, quien después de su conversión le dirigió palabras duras por el "desprecio" de los bienes materiales y el abandono de la vocación de escritor, "Paulino replicó - ha recordado el Papa - que su ayuda a los pobres no significaba desprecio por los bienes terrenales, sino más bien valorarlos con el fin más elevado de la caridad. Por lo que se refiere a su labor literaria… una nueva ascética regía su sensibilidad: era la belleza del Dios encarnado, crucificado y resucitado de quien ahora se había convertido en trovador”.
"Sus poemas son cantos de fe y amor - ha continuado Benedicto XVI -,en los que la historia diaria de los pequeños y grandes acontecimientos es vista como historia de salvación, como historia de Dios con nosotros. Cerca del santuario del mártir Félix, construyó una nueva basílica, que hizo decorar "en modo que las pinturas, ilustradas por oportunas leyendas, constituyeran para los peregrinos una catequesis visual… Todavía hoy se pueden admirar aquellos vestigios que hacen del santo de Nola una de las figuras de referencia de la arqueología cristiana”.
Otro rasgo característico de la vida de Paulino lo constituye el gran espacio dedicado a la Sagrada Escritura, que "leída, meditada, asimilada, era el rayo de luz a través del cual el santo de Nola escrutaba su alma en su búsqueda de la perfección.… Junto a la ascesis y a la Palabra de Dios, la caridad: en la comunidad monástica los pobres se sentían en su casa. Paulino no se limitaba a darles limosna: les acogía como si fuera el mismo Cristo”.
El Santo Padre ha concluido su catequesis recordando que San Paulino "no escribió tratados de teología, sino que sus cármenes y su denso epistolario están llenos de una teología vivida, penetrada por la Palabra de Dios, escrutada constantemente como luz para la vida. En particular, expresa el sentido de la Iglesia como misterio de unidad. Vivía la comunión sobre todo a través de una profunda práctica de la amistad espiritual. En este sentido, Paulino fue un verdadero maestro, haciendo de su vida un cruce de caminos de espíritus elegidos:… Independientemente de los contenidos de las diferentes cartas, impresiona el ardor con el que el santo de Nola canta la amistad misma, como manifestación del único cuerpo de Cristo animado por el Espíritu Santo… El testimonio de san Paulino de Nola nos ayuda a experimentar la Iglesia tal y como la presenta el Concilio Vaticano II: sacramento de la íntima unión con Dios y de este modo de la unidad de todos nosotros y por último de todo el género humano”. (S.L) (Agencia Fides 13/12/2007 - Líneas. Palabras:


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