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Roma (Agencia Fides) - El 20 de noviembre pasado, en ocasión del Día Mundial de la Infancia y la Adolescencia - que se celebra cada año en recuerdo de aquel 20 de noviembre de 1989, cuando, con la aprobación de la Convención Internacional sobre los Derechos a la Infancia por parte de la Asamblea General de la ONU, se sancionó el reconocimiento a todos los efectos de los derechos de los niños en el más vasto número de los derechos humanos universalmente identificados - "Save the Children" ha difundido datos en base a los cuales son 72 millones en el mundo los niños y los adolescentes excluidos de la instrucción.
Los datos provienen del UIS (Unesco Institute for Statistics), que ha elaborado además los datos relativos a los niños no escolarizados porque viven en países que todavía sufren o sobreviven de las guerras, que reciben sólo un quinto de la cuota global de ayudas a la educación: corresponden a la mitad del número total, treinta y seis millones. En la República Democrática del Congo, en Eritrea, Sudán, Costa de Marfil, mitad de los niños no tienen la posibilidad de ir a la escuela, mientras que el Pakistán es el segundo país al mundo por número de niños que no van a la escuela. Save the Children también ha lanzado en septiembre de 2006 la campaña internacional "Reescribamos el Futuro", con el objetivo de garantizar la educación a 8 millones de menores en naciones afligidas por guerras: en el curso de este primer año han sido 3,4 millones más de niños que en 20 países han podido ir a la escuela y recibir una instrucción. La Convención internacional sobre los derechos de la infancia - ratificada por 191 países, todos aquellos del mundo, excepto EE.UU. y Somalia - indica cuatro principios fundamentales a través de los cuales interpretar todos los derechos humanos reconocidos a los niños y a los adolescentes: el derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo (físico, mental, espiritual, psicológico y social); el principio del superior interés del niño y el adolescente; el principio de la escucha; el principio de no discriminación. Estamos muy lejos del respeto y de la afirmación de estos principios, sólo si se considera el problema de la escolarización, la garantía de los derechos fundamentales, y por lo tanto a la vida, a la libertad, a la protección.
El Cardenal Renato Raffaele Martino, Presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, en ocasión del Día Mundial de la Infancia y la Adolescencia, ha afirmado que "quedan sin resolver y, más bien, se agravan algunos espantosos aspectos como el tráfico de niños, el trabajo infantil, el fenómeno de los niños de calle, el empleo de niños en conflictos armados, la boda forzosa de las niñas, el empleo de los niños para el comercio de material pornográfico. Combatir tales actos delictivos es tarea primaria e irrenunciable de cada autoridad". Una prioridad urgente, con respecto a la tutela de los derechos de los niños, es el registro de los niños al nacimiento, lo cual permite además realizar un listado y la elaboración de estadísticas sobre la mortalidad y sobre las causas de mortandad. Recientemente, la revista "Lancet" ha dedicado un número especial a los niños "invisibles". Millones de seres humanos, cuarenta y ocho según las consideraciones, no son inscritos al registro civil ni aparecen en ningún registro: más de tres cuarto de los cuales en el África subsahariana y en el sureste asiático, mas también en América latina, dónde, en base a los datos, un niño sobre seis no existe.
En el pasado agosto, el Gobierno del Paraguay, junto al Unicef, a la Organización de los Estados americanos y a una de las mayores Ong para la infancia, Plan Internacional, ha organizado la primera Conferencia Regional de la América Latina sobre el registro de nacimiento y el derecho a la identidad, del título "Regístrame, vuélveme visible", con la presencia de delegados de dieciocho países, tiene el objetivo de movilizar el consentimiento por la constitución de un plan nacional y regional que garantice, dentro el 2015, el registro inmediato, universal y gratuito al registro civil de todos los niños latinoamericanos. La iniciativa ha tenido además, el objetivo de sensibilizar a la opinión pública sobre la importancia del registro al nacimiento como instrumento para permitirle al niño de gozar de sus derechos: si el certificado de nacimiento solo no constituye en tal sentido una garantía, el registro contribuye a identificar y proteger legalmente a los niños más marginados y vulnerable.
(D.Q) (Agencia Fides 11/12/2007; Lineas: 52; palabra: 774)
