VATICANO - Benedicto XVI en visita pastoral al Hospital San Juan Bautista: “En la prueba y en la enfermedad Dios nos visita misteriosamente y, si nos abandonamos a su voluntad, podemos experimentar la fuerza de su amor”

lunes, 3 diciembre 2007

Roma (Agencia Fides) - “En la prueba y en la enfermedad, Dios nos visita misteriosamente y si nos abandonamos a su voluntad podemos experimentar la fuerza de su amor. Los hospitales y las casas para ancianos precisamente porque están habitadas por personas probadas por el dolor, se pueden convertir en lugares privilegiados donde se testimonia el amor cristiano que alimenta la esperanza y suscita propósitos de solidaridad fraterna”. Lo recordó el Santo Padre Benedicto XVI en la homilía de la Santa Misa que celebró el Domingo 2 de diciembre, Primer Domingo de Adviento, en un pabellón del hospital romano “San Juan Bautista” en la Magliana, donde se dirigió en visita pastoral (ver Agencia Fides 27/11/2007).
Al inicio de su homilía el Papa recordó el significado del tiempo de Adviento: “¡El Señor viene!… Vigilantes en la oración, busquemos también nosotros preparar nuestro corazón para acoger al Salvador que vendrá a mostrarnos su misericordia y a donarnos su salvación”. En sintonía con la esperanza, característica del tiempo de Adviento, Benedicto XVI recordó la publicación de su segunda Encíclica, dedicada a la esperanza cristiana, y exhortó a los presentes: “La certeza de que sólo Dios puede ser nuestra sólida esperanza nos anime a todos nosotros, reunidos esta mañana en esta casa en la que se lucha contra la enfermedad, sostenidos por la solidaridad”. Aprovechando su visita al hospital administrado por la Asociación de los Caballeros Italianos de la Soberana Orden Militar de Malta, el Papa dijo que deseaba “entregar idealmente la Encíclica a la comunidad cristiana de Roma y, en particular, a los que están en directo contacto con el sufrimiento y la enfermedad”.
Después de haber saludado a las Autoridades presentes, el Santo Padre dirigió “un saludo muy afectuoso” a los enfermos y a sus familiares: “el Papa está espiritualmente cerca de vosotros y os asegura su oración cotidiana; os invita a encontrar en Jesús apoyo y consuelo y a no perder nunca la confianza. La liturgia de Adviento nos repetirá a lo largo de las semanas que vienen que no nos cansemos de invocarlo; nos exhortará a ir a su encuentro, sabiendo que Él mismo constantemente viene a visitarnos”. El Pontífice exhortó a abrir el corazón a cada persona, “especialmente si se encuentran en dificultad, para que haciendo el bien a los que se encuentran en necesidad nos dispongamos a acoger a Jesús que en ellos viene a visitarnos”. Subrayando cómo en el hospital “al centro de las preocupaciones de todos está la acogida amorosa y cualificada de los pacientes, la tutela de su dignidad y el compromiso por mejorar la cualidad de la vida”, el Santo Padre recordó que la Iglesia, a través de los siglos, ha estado particularmente cercana a los que sufren. “De este espíritu se hizo partícipe vuestra benemérita Soberana Orden Militar de Malta, que desde los inicios se dedicó a la asistencia de los peregrinos a Tierra Santa mediante un Hospicio-Enfermería”, prosiguió Benedicto XVI, exhortando a médicos y enfermeros con estas palabras: “En cada enfermo, cualquiera que éste sea, sepan reconocer y servir al mismo Cristo; háganles percibir con sus gestos y palabras los signos de su amor misericordioso”.
En la parte conclusiva de su homilía, el Papa volvió sobre el significado del Adviento, “tiempo de oración y de espera vigilante”, según las lecturas de la liturgia, y afirmó: “Jesús, que en Navidad vino entre nosotros y regresará glorioso al final de los tiempos, no se cansa de visitarnos continuamente, en los eventos de cada día. Nos pide y nos advierte que lo esperemos velando, porque su venida no puede ser programada o pronosticada, sino que será improvisa e imprevisible. Sólo quien está despierto no es tomado desprevenido… preparémonos para acoger al Señor en su incesante venir a nuestro encuentro en los eventos de la vida, en la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad; preparémonos a encontrarlo en su última venida definitiva”. (S.L.) (Agencia Fides 3/12/2007, líneas 41, palabras 660)


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