VATICANO - Benedicto XVI en el Angelus: “Que san Martín nos ayude a comprender que sólo a través de un compromiso común por compartir es posible responder al gran desafío de nuestro tiempo: construir un mundo de paz y de justicia en el que cada persona pueda vivir con dignidad”. Llamamiento por el Líbano

lunes, 12 noviembre 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El testimonio de caridad ofrecido por San Martín, Obispo de Tours, de quien se celebraba la fiesta litúrgica, ha sido al centro del discurso pronunciado por el Santo Padre Benedicto XVI antes de recitar el ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el domingo 11 de noviembre. Recorriendo las etapas principales de su vida, el Santo Padre ha recordado que Martín nació en Panonia, actual Hungría, alrededor del 316, de padres paganos. El padre lo orientó hacia la carrera militar. Fue bautizado alrededor de los veinte años. Abandonando el servicio militar, fue ordenado diácono y presbítero en Poitiers, Francia, por el santo Obispo Hilario. Eligió la vida monástica y dio origen, con algunos discípulos, al más antiguo monasterio conocido en Europa, en Ligugé. Unos diez años más tarde, fue elegido Obispo de Tours, dónde se dedicó con ardiente celo a la evangelización de las zonas rurales y a la formación del clero. "Aunque se le atribuyen muchos milagros - ha recordado el Papa -, san Martín es sobre todo famoso por un acto de caridad fraterna. Cuando todavía era un joven soldado, se encontró en el camino a un pobre aterido temblando de frío. Tomó su capa y, cortándola en dos con la espada, le dio una de las partes. En la noche se le apareció Jesús en sueños, sonriente, envuelto en esa misma capa”.
El Papa ha subrayado después como "el gesto caritativo de san Martín se enmarca en la misma lógica que llevó a Jesús a multiplicar los panes a las muchedumbres hambrientas, pero sobre todo a darse a sí mismo como alimento para la humanidad en la Eucaristía, signo supremo del amor de Dios, ‘Sacramentum caritatis’. Con la lógica del compartir se expresa de manera auténtica el amor al prójimo. Que san Martín nos ayude a comprender que sólo a través de un compromiso común por compartir es posible responder al gran desafío de nuestro tiempo: construir un mundo de paz y de justicia en el que cada persona pueda vivir con dignidad. Esto puede tener lugar si prevalece el modelo mundial de auténtica solidaridad, capaz de asegurar a todos los habitantes del planeta comida, agua, los tratamientos médicos necesarios, el trabajo y los recursos energéticos, así como los bienes culturales, el saber científico y tecnológico". Antes de recitar la oración mariana, el Santo Padre ha pedido la intercesión de la Virgen Maria, "para que ayude a todos los cristianos a ser, como san Martín, testigos generosos del Evangelio de la caridad, e incansables constructores de la solidaridad”.
Inmediatamente después del ángelus, Benedicto XVI ha recordado la delicada situación del Líbano con estas palabras: "La Asamblea Nacional libanesa elegirá próximamente al nuevo Jefe de Estado. Como demuestran las numerosas iniciativas emprendidas en estos días, se trata de un paso crucial del que depende la misma supervivencia del Líbano y de sus instituciones. Me uno a las preocupaciones expresadas recientemente por el patriarca maronita, Su Beatitud el cardenal Nasrallah Sfeir, y a su deseo de que en el nuevo presidente puedan reconocerse todos los libaneses. Suplicamos juntos a Nuestra Señora del Líbano para que inspire en todas las partes interesadas el necesario desapego de los intereses personales y una auténtica pasión por el bien común”. (S.L) (Agencia Fides 12/11/2007 - Líneas: 41 Palabras: 600)


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